La
verdadera historia de Judas Iscariote
Sir
Henry cerró con fuerza el libro que estaba leyendo y dijo a su amigo Sir Arthur
-Hay
algo que no puedo dilucidar por más que lo pienso-
-¿Que?-
-Si
Jesús era una figura conocida por el pueblo que lo había visto hacer milagros y
dado el sermón de la montaña además de haberlo recibido en Jerusalén para la
Pascua, entonces, los Sacerdotes del Sanedrín ¿Necesitaban a Judas para que lo
identifique?-
-Y,
si, por aquellas épocas no existían los diarios, la televisión, la fotografía
ni Internet-
-¿Pero
por que uno de su entorno? Podrían haber enviado a un sirviente del Sanedrín o
un soldado romano a mezclarse con la multitud-
-Tal
vez por que así debía ser según las escrituras. Jesús mismo lo dijo en la
última cena. Uno de vosotros va a entregarme y cuando Judas le preguntó si era
el, le contesto Tu lo has dicho-
-Por
eso tentaron a Judas con dinero y confiaron en el-
-Exacto,
pero lo que no tuvieron en cuenta en cuenta es que Judas también podía
mentirles a ellos. Voy a referirle la verdadera historia de Judas y su traición,
la que no se puede saber por que trastocaría toda la religión católica de la
manera que la conocemos. Jesús conocía muy bien las escrituras y a través de
ellas su destino, su crucifixión para salvación de la humanidad y la redención
de todos sus pecados, eso es algo que continuamente
mencionaba a sus apóstoles, pero estos eran personas poco doctas, que no
aceptaban que su maestro debía sufrir tal martirio, es mas, creían que eso
jamás sucedería.
Judas
era el único que entendía a Jesús. El estaba muy encima del resto de los
apóstoles por lo que decidió ser él mismo quien se sacrificara. Jesús lo supo
sin que se lo dijera, por eso lo encaró en última cena para asegurarse que
cumpliera con lo que debía hacer y le dice: Lo que debas hacer hazlo lo más
rápido posible.
Judas
se había ganado la confianza de Caifas y los sacerdotes del Sanedrín, aceptó el
dinero para que no desconfiaran de él, pero dudaba por que amaba demasiado a su
maestro para tener que entregarlo. De manera que llegó al conocido arreglo de
señalarlo con un beso en la mejilla cuando estuvieran en el Monte de los
Olivos.
Jesús
se retiró al monte con sus discípulos y mientras estos descansaban se retiro a
orar esperando la llegada de Judas pero éste no llegó pues habiendo encontrado
a un vagabundo durmiendo se detuvo ante él, lo beso en la mejilla y dijo ¡Salve
maestro! Los guardias romanos lo tomaron por la fuerza y se lo llevaron a pesar
de la resistencia del pobre inocente.
Era
ya la madrugada cuando Judas se presento ante Jesús y los apóstoles como si
nada hubiera pasado. El Mesías lo increpó y supo entonces lo que había pasado,
sin perdida de tiempo se dirigió a la sinagoga, en vano intentó entrar diciendo
que era él el verdadero Mesías y que habían prendido a un extraño.
Luego
el gobernador Poncio Pilatos se apiadó de ese hombre. Apeló a la demagogia de
preguntar al pueblo a quien soltaría para las Pascuas y la multitud rugió el
nombre de Barrabas. Sabemos bien como se lavó las manos y pronuncio aquella
maldición sobre que la sangre de un justo caería sobre el pueblo de Israel.
Jesús
intentó entrar al recinto. Desesperado, sin saber que hacer no tuvo más remedio
que ser testigo de la crucifixión de quien no debía ser crucificado.
La
ira de Dios ante la cruxifición no fue por la muerte de su hijo sino por
comprender que hasta el mismo había sido engañado. Rápido de reflejos José de
Arimatea pidió el cuerpo del muerto y lo escondió, luego hicieron correr la
versión de la resurrección.
Tres
días después Jesús, se apareció a los apóstoles y les dijo que salieran a
predicar por el mundo pero el Mesías tuvo que retirarse a un lugar apartado a
apacentar ovejas, hasta que murió de viejo acompañado solamente por María
Magdalena-
-Su
historia suena muy creíble, tanto como las Escrituras si las leyéramos con fe,
pero a la luz de pruebas indiscutibles son tan inverosímiles una como otra-
-Tal
vez, pero déjeme decirle algo, hay una prueba irrefutable que hace verosímil mi
relato-
-¿Ah,
si? ¿Cuál?-
-La
humanidad. Esta humanidad que conocemos, que sostiene guerras, contaminación
del planeta, corrupción moral y material, exterminios masivos, esclavitud,
brutalidad, violencia, Esta humanidad, querido amigo no fue redimida, no fue
salvada por el sacrificio del hijo de Dios, esta humanidad marcha a su
autodestrucción total en medio de la sangre y el fuego. ¿Por qué? Por la
traición de Judas, no la traición a su Mesías, sino la traición a la profecía.
Una traición por cuya culpa se suicidó, por que sabía, en su inteligencia que
por salvar a su Maestro, un solo hombre, había condenado a toda la humanidad.
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