Sunday, December 11, 2022

FIN DE UNA ETAPA (CAPITULO 8 DE MI AVENTURA EN TOKIO)

 

 

 

 

 

 

Fin de una

Etapa

Alexia Montes

 

8va parte de Mi aventura en Tokio

 

 

 

 

 

1 Disquisiciones

 Estar metida en un tubo metálico a 10.000 metros de altura durante mas de un día, no teniendo a nadie para conversar y así matar el tiempo, puede convertirse en un infierno.

Rogaba que al menos alguien me reconociera y se acercara a cambiar unas palabras, pero, a diferencia de otras veces no sucedió nada. Y, por añadidura, igual que en el viaje de la ida, el asiento a mi lado estaba vacío.

Mi mente volaba de un tema a otro. En realidad, el tema era uno solo, lo que lo hacía particular era que constaba de diferentes aristas. La duda shakesperiana era ¿mudarme o no mudarme?

¿Quedarme viviendo en la Argentina, un país sumido en la miseria, la inseguridad económica y personal, con niveles cada vez más bajos de educación, de asistencia de salud y copado por vagos, violentos, inútiles y corruptos y una masa de habitantes que creen que la democracia es solo votar cada dos años y mientras tanto se aguantan lo que sea sin posibilidad ni motivación para echar a las patadas a los políticos inútiles?

Mitad ignorantes, mitad cobardes. Así se divide la sociedad argentina. Estoy harta. A mis veintiocho años recuerdo las cosas que contaba mi padre y el padre de mi padre y el padre del padre de mi padre que se vino huyendo de España cuando Franco ganó la guerra civil.

Y cuando mi abuelo tenía solo once años, mi bisabuelo tuvo que volver a vivir la desgracia de un gobierno fascista en la tierra que había elegido para rehacer su vida. El ascenso de la lacra, del cáncer, de la gran enfermedad que aqueja a los argentinos y que se repite como una metástasis que nos va carcomiendo por dentro hasta acabar con todo rasgo de republicanismo, de legalidad, de honor, de honestidad, de paz y trabajo.

El peronismo, ahora mezclado con los sobrevivientes y los hijos de aquella época de terrorismo en que las organizaciones guerrilleras de izquierda asesinaron a muchísimas víctimas inocentes y que nadie cuenta porque para los políticos que nos gobiernan solo existen las víctimas del estado, en lo que además es un número inflado artificialmente para poder presentarlo ante la opinión pública y los tribunales internacionales como un genocidio.

Muchos políticos, incluso algunos que están en el altar de la patria, casi indiscutibles, fueron cómplices del terrorismo de izquierda. Como los que solo juzgaron a los militares, pero obviaron hacerlo con los lideres guerrilleros que ahora andan gozando de buena salud y fogueando el neo terrorismo mapuche en la Patagonia.

Este país está desquiciado y sin retorno, como Venezuela, como Nicaragua, como tantos países del Medio Oriente y del África y algunos de la misma Latinoamérica. El mundo está desquiciado y nosotros con él.

Por eso la gran pregunta. ¿vale la pena huir de esta ignominia? ¿O el riesgo esta latente en cualquier parte del mundo? ¿Hasta dónde llegará Rusia en su avance imperialista? ¿Y China? ¿Responderán los países de la OTAN o se quedarán de brazos cruzados tirando unas migajas de ayuda a Ucrania? ¿A alguien se le ocurrirá cortar el chorro del gas? ¿Y del petróleo?

La humanidad, al contrario de lo que debería ser natural, en lugar de mejorar, retrocede, contradiciendo a Darwin. Como esa película norteamericana que vi hace poco, “Idiocracia” donde el mundo es cooptado por los mas ignorantes, los mas brutos y los más violentos porque ellos se reproducen como conejos mientras los inteligentes, los trabajadores, los amantes del derecho y la convivencia pacífica cada vez son menos.

Entonces…¿Me voy a un refugio en algún lugar del mundo, alejada de toda civilización o me quedo a ver el final de la sociedad? ¿Marga y Keiko me acompañarían?

¿Dejarían sus trabajos por seguir mis utopías? Porque yo puedo hacer lo que hago en cualquier rincón de la Tierra, pero ellas no. Están atadas a sus actividades. ¿Lo están?

Y luego está Mitsuko. debo reconocer que mi reencuentro con ella me hizo hervir las neuronas. Era solo una aventura, lo sabía bien, pero todavía sentía en la piel el contacto de las manos de amiga japonesa y temblaba de placer. Y no me sentía culpable por haber engañado a mis novias.

Después de todo no me podía quejar. Me había ido bien en la vida, tenia amores, casa, auto y fama. Y comía todos los días. No solo podía irme a Japón. En varios lugares de Europa también sería bien recibida. Recuerdo cuando mi gran pasión era Paris, mi sueño imposible. Pero no estoy sola. No voy a negar que tengo poco de solidaria, si hasta no doy ni siquiera una limosna al indigente que me la pide. Pero que bueno sería vivir en un país donde todos tengan las mismas oportunidades y pudieran desarrollarse y tener la dignidad de un trabajo honesto.

Pero eso es imposible en la Argentina. Porque ya varias generaciones se han criado viendo a sus padres obtener dinero por hacer nada. O al menos ir a una manifestación para pedir más dinero, llevados por los vividores que explotan a los pobres para enriquecerse ellos. Y de pedir trabajo ni hablar. No vaya a ser que lo consigan y tengan que levantarse todos los días temprano para cumplir un horario. No, eso lo hicieron los viejos, los que ahora están cobrando una jubilación miserable y se mueren por falta de atención médica o porque un pendejo los baja de un tiro para robarle el sueldo. Plata que luego se gastará en drogas o alcohol.

Estoy indecisa y desconcertada. Hasta ahora me había limitado a sobrevivir las crisis crónicas de este país y disfrutar del primer mundo cuando pudiera. Ahora no me conforma. Ahora siento una bronca creciente. Ahora mi indignación va en aumento.

A veces pienso que lo que nos pasa a los argentinos es un castigo. Un castigo por percibirnos los mejores de Latinoamérica, por soberbios, por creer en aquella estúpida frase de que “Dios es argentino”.

A veces me da temor pensar en que un día va a haber que salir a la calle armados para echar de una vez por todas a esta lacra de corruptos populistas. Y va a ser lamentable porque ya hay una gran parte de la población que tiene el cerebro quemado porque cree en el adoctrinamiento que desde chicos han recibido por parte del gobierno. Y esa gente también puede estar dispuesta a tomar las armas como sus antepasados que también sufrieron el mismo lavado de cerebro en los años 70.

¿Es posible una guerra civil? Basta con que la parte que hoy solo protesta con cacerolas y banderas decida pasar a la acción. Es posible, porque a pesar de que los libros de historia lo disfrazan, en Argentina hubo varias guerras civiles, muchos años y muy sangrientas.

Pero es hora de dejar de amargarme. Ya está aterrizando el avión en Ezeiza.



2 Reencuentro

 Bajé del avión. Retiré mi maleta de la cinta transportadora. Acción que nadie verificó. Podía haberme llevado la valija de cualquiera con total impunidad. Caminé hacia la salida. Al final del pasillo la vi a Marga. Estaba esplendida con sus calzas negras y una blusa muy holgada celeste. El cabello cortito que tanto me gusta y sus enormes ojos negros.

En cuanto me vio comenzó a saltar como una colegiala. Y cuando llegué junto a ella me tomó de la cintura y me dio un beso de manera que generó algunos chiflidos por parte de los que pasaban alrededor de nosotras.

-Te extrañé- Me dijo mientras tomaba mi maleta y se dirigía al estacionamiento.

-Yo también- Respondí asombrada de tan caluroso recibimiento.

Llegamos al lado de la camioneta de la empresa de Keiko. Marga acomodó la maleta y me abrió la puerta para que subiera, luego ella se colocó al volante.

-¿Y Keiko?- Pregunté.

-Íbamos a venir las dos, pero le surgió una reunión con unos japoneses que andan interesados en lo que hace y no pudo escapar a una entrevista que estarán teniendo ahora- Me contestó mirando el reloj.

 Cuando salimos a la Autopista Marga se puso mas locuaz.

-Vimos todos los videos. ¡Geniales! Se ve que te metiste al público japones en el bolsillo-

-No sé si es tan así pero no me puedo quejar. Me ha ido bastante bien-

-¿Los videos los hizo Mitsuko?-

La pregunta me tomó desprevenida. En otra ocasión no me hubiera alterado, pero todavía cargaba con el recuerdo de las deliciosas horas pasadas en la cama con la mayor de las Taniguchi y me sentí descubierta.

-Si, los hizo ella y también los subió a You Tube-

-¡Ah! Genial. Estaban muy bien hechos. Y…a propósito, ¿estaba todo el tiempo con vos?-

-Si, me llevaba a todo sitio que iba-

-Te voy a decir algo…- Comenzó a decir Marga y continuó de la manera que menos me lo esperaba.

-…todos estos días tuve la certeza de que te acostabas con Mitsuko, es mas, con la seguridad y ¿sabes que? Eso me excitaba terriblemente. Deseaba que lo estuvieras haciendo de verdad. Me he masturbado pensando en ustedes dos-

Si esta, con esa aparente sinceridad está tratando de sacarme de mentira verdad, está equivocada. Me dije para mis adentros.

-Bueno, espero que hayas gozado la fantasía-

-Ja, ja. Ale, a mí no me engañas. Estoy segura que se han revolcado todas las noches y, te juro, no me importa. Keiko y yo tampoco nos privamos de nada porque tú no estuvieras-

-Si, me imagino- Dije y creí que allí había terminado el tema, pero varios minutos después Marga continuó.

-¿Que tal te lame Mitsuko?-

Me reí y la miré a los ojos, pero antes de contestarle ella dijo.

-A esa mujer yo me entrego toda, pero toda, toda-

-Bueno, la próxima vez que vayamos a Japón le pedís que te viole-

-Graciosa-

Mientras manejaba, Marga me acariciaba la rodilla una y otra vez. Estaba terriblemente excitada y temí que se distrajera.

-Mujer, mira para adelante, ya vamos a tener todo el sexo que quieras cuando lleguemos a casa- Le dije.

-Si, por supuesto, pero me vas a tener que contar que hiciste con Mitsuko-

-Ahí vas de nuevo. Decime, que pasaría si te confieso que tuvimos sexo hasta terminar agotadas-

-Por mi nada. Y te puedo asegurar que por parte de Keiko tampoco. Una noche que estábamos en la cama me dijo que seguramente la estarías pasando genial y creía que te lo merecías porque sos una excelente persona-

-Bien, lo voy a tener en cuenta- Contesté riéndome y no hablamos mas del tema.

Cuando llegamos nos recibió la señora Azumi que había mantenido la casa en perfecto orden. Me recibió como a una hija que vuelve de la guerra. Marga me ayudó con la valija. Me dijo que el arquitecto Castaño estaba en una obra y le había dado el día libre para que me fuera a buscar.

Yo me saqué la ropa con la que había viajado y me fui directo a la ducha.

-¿No quieres que te ayude a bañarte?- Me preguntó Marga del otro lado de la puerta.

-Bueno, dale- Le respondí sorprendiéndola.

Y en un segundo la tuve desnuda a mi lado y las dos bajo la ducha. Fue un momento increíble. En cuanto nuestros cuerpos mojados se rozaron fue como si se hubiera generado electricidad. No podíamos dejar de acariciarnos y besarnos. Era una sucesión de movimientos frenéticos. Así terminamos teniendo varios orgasmos y finalmente nos duchamos y salimos del baño. Me puse un camisón negro casi transparente y mientras Marga se ponía una de mis robe le dije.

-Extraño el mate, voy a prepararlo-

Volví con el mate a la sala y vi a Marga recostada sensualmente en el sofá tal como una diva de Hollywood de los años 30. En eso sonó el timbre seguido de un ruido de llaves. Debo aclarar que todas tenemos las llaves de las tres casas por las dudas.

Y entró Keiko, no sé si fueron los días que estuve ausente, pero me pareció mas bellísima que nunca. En cuanto dejó la cartera en la mesa corrió hacia mí y me dio un fuerte abrazo, luego se colgó de mi cuello y me dio un beso apasionado que no terminaba más. Yo la abracé y le puse las dos manos en los glúteos lo que la hizo gemir de placer.

-Bien, me voy a dar una ducha…¿nos bañamos juntas?-

¿Qué les dio a estas por el baño compartido? Pensé.

-Recién nos bañamos- Respondió Marga.

Nos miró, ahí se dio cuenta que estábamos, yo de camisón y Marga de robe.

-¡Ah! ¿Malditas! ¡Y seguro que también estuvieron cogiendo sin mí! ¡No podían esperar!-

Me reí y sin soltarla después de darle un beso, le dije.

-No te enojes. Vamos a tomar unos mates y mas tarde nos encerramos por varios días hasta quedar exprimidas-

-Vale- Contestó y se dirigió al baño.



3. Conversación de desayuno

 Regresar a tener sexo con mis dos novias me calmó el desánimo acerca de volver al país. Claro que también era un buen relajante estar de nuevo en mi casa, con mis cosas y la parte buena de mis recuerdos.

Esa noche fue casi interminable, y no solo por mi afán de estar con las personas que amo sino porque tanto Marga como Keiko estaban particularmente sobreexcitadas. Siempre fuimos insaciables, pero en esta ocasión me costaba contenerlas. Ambas me brindaron tanto placer que por momentos sentía que el cerebro me iba a estallar. Sus lenguas me recorrieron toda y yo sentía que era como una onda eléctrica que iba de los pies a mi cabeza y luego siguieron los juegos con dildos y nalgadas. En verdad estaban imparables.

Pero finalmente las venció el cansancio y quedamos las tres desparramadas sobre la cama. Y así, desnudas, amanecimos al día siguiente, que por suerte no era laborable, sobre todo para ellas que con el cansancio que tenían dudo que pudieran razonar algo coherente en sus trabajos.

Me levanté en silencio. Tomé una ducha rápida y con solo una bombachita minúscula me fui a la cocina a preparar el desayuno. Me sentía feliz. Por un momento imaginé que toda la bronca contenida sobre mi país había sido un sueño. Luego caí en la triste realidad, pero decidí no pensar en ello, por el momento.

Con el desayuno listo y servido en la mesa del comedor fui a despertar a mis novias. Les costó un tanto levantarse, pero al fin y, también como yo, vestidas con la más mínima prenda se acercaron a desayunar.

-Hoy es un día ideal para no hacer nada- Dijo Marga.

-Es para tener sexo todo el tiempo- Agregó Keiko.

-¿Se puede saber que les pasa a ustedes dos que andan tan excitadas?- Pregunté.

-Debe ser el tiempo que no te vimos y te extrañamos- Replicó Keiko.

-Si, como si no hubieran estado cachondeándose ustedes dos sin necesidad de mi presencia. ¿O me van a decir que estuvieron practicando la abstinencia?-

-Bueno, obvio que no íbamos a privarnos, pero hacerlo de a tres es mucho mas delicioso- Manifestó Marga.

-Si, claro. Sobre todo, con dos pervertidas como ustedes- Dije riéndome.

-La culpa es tuya. Yo era una jovencita casta y pura y vos me enseñaste muchas cosas sucias- Agregó Keiko guiñando un ojo.

-Y yo era una virgen inocente- Exclamó Marga mientras que casi se atraganta con un pedazo de pan.

-Y deberían agradecérmelo- Insistí y luego agregué -Aunque eso de que eran inocentes no me lo creo-

Y nos reímos a coro.

En ese momento Marga volvió a introducir el tema que la tenia obsesionada.

-Antes que nada, te vuelvo a repetir que no hay el más mínimo problema y nosotras estaríamos felices por vos si sucedió lo que imaginamos, pero queremos saber…¿Cómo estuvo la cosa con Mitsuko?-

-Bueno, ya que se ponen tan inquisitivas les voy a contar. Estuvo bueno. Aprovechamos casi todas las noches. A veces por la actividad del día llegábamos exhaustas al hotel, pero la pasamos lindo-

-¿Y Mitsuko es pervertida como nosotras o es normal?- Preguntó Keiko.

-Ja, ja. Ustedes me hacen reír. Es normal-

-Yo me la imagino muy dominante. ¿Fuiste sumisa con ella?-

-Si, es cierto, parece muy dominante, pero ya sabemos cómo es esto, hasta la más dura se derrite- Respondí.

Y así tuve que contestarles otras preguntas sobre mis relaciones sexuales con la hermana de Harumi.

Y cuando terminé dijo Keiko.

-Te agradecemos tu sinceridad. Es por eso que te amamos y nos encanta que pudiste disfrutar allá, tan lejos y no estuviste sola-

Y ambas se levantaron de sus asientos para darme un beso.

Pero luego la conversación se derivó a contarles sobre todo el resto de mis actividades en Tokio. La fiesta del estreno del anime, la presentación del libro, el concierto y para culminar la recepción en la casa del abuelo de Mei. Lo que derivó en la conversación con el señor Aihara.

Entonces fue que les conté de mi desanimo. De la furia que me iba creciendo acerca de tener que vivir en la Argentina. De como había fantaseado de irnos a vivir a otro sitio más estable y más seguro.

-Es cierto que hoy día el mundo esta alterado. Donde no hay miseria hay guerras o posibilidad de ellas. También es cierto que la imagen que uno se forma de un lugar solo por estar unos días de visita corre el riesgo de ser errónea, pero debo confesarles que estoy harta porque estoy segura de que este país, si se lo puede llamar país, esta condenado para siempre- Les dije a modo de final.

Ellas se miraron y luego habló Marga.

-Coincidimos con vos en todo. Y es cierto que hay sitios que parecen paradisiacos en muchas partes del mundo, pero ¿No será mejor pensar en que es preferible malo conocido que bueno por conocer?-

-Si, estoy de acuerdo, pero estoy abrumada de pensar que mañana puedo cruzarme con un chorro en la calle y me pegue un tiro para sacarme el celular y que, encima, ese criminal termine libre por errores jurídicos o por la maldita política de Zaffaroni de decir que los delincuentes son víctimas-

-Es para pensarlo- Agregó Keiko.

-No hay educación, no hay salud, no hay seguridad, no hay trabajo, no hay políticos opositores que maduren y piensen en el país, ante todo, no hay nada, estamos perdidas a la deriva en medio de un océano sin comida, ni agua, ni brújula-

Y después de mis palabras nos quedamos en silencio. Al rato dije.

-Disculpen por traerles estas preocupaciones, pero es que cada vez me siento más cerca de explotar de bronca-

-Es comprensible- Dijo Keiko

Y entonces le pregunté.

-¿Cómo te fue ayer con los japoneses que fueron a ver la fábrica?-

-Por la empresa todo bien, pero siguen sin explicarse como sobrevivimos en medio de esta inseguridad jurídica. Creo que no van a invertir ni un dólar-

No hubo necesidad de mas palabras.



4. La nota periodística.

 Estaba tratando de sumergirme en las actividades que hago para olvidar la realidad y vi, mientras revisaba mi correo, un mail de un popular periódico de Buenos Aires. Al abrirlo me encontré con la sorpresa de que solicitaban tener un encuentro conmigo para invitarme a que escriba una nota de opinión en su edición del domingo.

Respondí que estaba de acuerdo en tener la reunión y les pedí que fijaran fecha y lugar. De inmediato contestaron esos datos determinando que sería en el edificio de la redacción. Cuando vi la dirección me llevé la sorpresa de que estaba relativamente cerca de mi casa, cuando yo los tenía, en mi memoria, situados en la Capital al lado del Estadio Luna Park.

Ya había sido entrevistada por el canal de cable propiedad del mismo diario en dos oportunidades en ocasión de mi embate contra el lenguaje inclusivo y era evidente que me recordarían por eso, pero de ahí a pedirme que escribiera un artículo ya era demasiado aventurado y además no tenía idea de cuál era la temática que tenían pensada.

Llegué al imponente edificio llamada “Torre al rio” justo en el límite de la Capital con el Municipio de Vicente López y en cuanto me presenté en la recepción me hicieron pasar a una sala con un gran ventanal cuya vista da el nombre al lugar. Esperé unos pocos minutos. Mientras tanto me levanté del sillón donde la recepcionista me había invitado a sentarme y me quedé cerca del vidrio observando el paisaje.

-¡Señora Montes!¡Que agradable verla por aquí!- Dijo un señor que se me acercó estirando su brazo para darme la mano.

Le respondí el saludo con firmeza, lo que lo sorprendió, o al menos eso me pareció. Resultó ser el encargado de redacción. Me invitó amablemente a pasar a su despacho y mientras me ofrecía asiento preguntó si gustaba algo de beber.

-Café, gracias- Respondí

El hombre fue directo al grano.

-Como usted sabrá, estamos dando un lugar en las columnas de opinión a personalidades invitadas para que se expresen con total libertad…-

-En verdad no lo sabía pues no leo los diarios- Lo interrumpí.

Tardó una fracción de segundo para recomponerse de mi intervención y continuó.

-…bueno, pero por supuesto que conoce nuestro periódico-

-Si, obvio-

-Bien, como le decía, nuestro interés es que usted, si está de acuerdo por supuesto, nos escriba una columna…-

-¿Puedo elegir el tema?-

-Si, por supuesto-

-Bien-

A esta altura me pareció que el hombre estaba a punto de perder la paciencia por las interrupciones, pero yo me estaba divirtiendo.

-La cuestión que solamente debe tener en cuenta es la cantidad de palabras dado que el espacio es limitado en una publicación como la nuestra con tantas notas que cubrir-

-Dígame cuantas y yo se lo escribo. ¿Para que fecha lo desea?-

-Para este fin de semana no, para el otro siguiente-

-¿Y…hay alguna remuneración?-

-¡Si, por supuesto!-

Llamó por interno a otra oficina y luego me dijo la cifra que rondaba los cincuenta mil pesos y la cantidad de palabras en mil quinientas.

-¿Debo suponer que ustedes conocen mis ideas políticas?, digo, para no tener sorpresas-

-Obviamente, usted no es una desconocida. No es una escritora para una elite intelectual, usted ha llegado a muchos sitios con sus libros y sobre todo con las declaraciones que hace en los medios. Hasta aquí han llegado ecos de su entrevista en un canal de Tokio-

-Bien, pero le voy a aclarar algo. Yo no milito con nadie, con el gobierno ya saben muy bien que no, pero con la oposición tampoco. Mi pensamiento es independiente totalmente y digo lo que quiero. Le informo esto porque si hay algo que no les guste de mi nota no pienso cambiar una coma de como la haya escrito. Es decir, ustedes toman sus cincuenta mil y yo me voy por donde vine-

-Me habían dicho que usted es hueso duro de roer. La felicito. Le puedo asegurar que es más clara y contundente que mucho periodista que anda suelto por ahí -

-Así es- Contesté y me tomé de un sorbo el café porque ya se había enfriado.

Por supuesto que esa noche compartí la novedad con mis novias y se alegraron muchísimo de oírlo.

-Vas a tener oportunidad de hacer catarsis- Dijo Marga que ya adivinaba mis intenciones

-Si, voy a tirar toda la carne a la parrilla-

Y mientras Keiko y Marga preparaban la cena me fui a mi estudio a tratar de esbozar las primeras frases del texto. En verdad que iba a hacer catarsis…y de la que cura.

Al otro día me llamó Adela. Con todo lo que había pasado entre el viaje y las últimas novedades me había olvidado de ella. Su intención era saber si seguirían las reuniones con el grupo de las chicas y le dije que me diera una semana para organizarme. De paso le pregunté por Paula y Emilia. Me respondió que lo último que sabía era que estaban juntas y que incluso andaban pensando en tener un emprendimiento para cuando egresaran del colegio, ayudadas por sus padres.

Podía pensar que era una buena idea, pero siempre tuve reservas en cuanto a mezclar los negocios con las relaciones amorosas, pero no se lo dije a Adela. Luego le pregunté si había conseguido nuevo novio, pero me dijo que no y que por el momento estaba concentrada en terminar el colegio y elegir Universidad, aunque ya andaba pensado en seguir los pasos de su padre.

-Te llamo en cuanto me organice- Le dije al despedirnos.

Se presentaba otra oportunidad de hacer algo, aunque pequeño, por este miserable país.

Tras esa llamada de Adela me puse a trabajar en el texto de la nota. Para saber que habían escrito mis predecesores me puse a leer el diario on line. Los temas eran varios y por supuesto mantenían la línea editorial de la publicación. Era obvio, no iban a invitar a quien no coincidiera con su ideología, aunque fuera una outsider como yo.

Cuando decidí como iba a encarar mi tema me puse a escribir.

 

 

 

5 La nota

 “En estos últimos tiempos los argentinos son testigos de la debacle social, cultural y económica del país. Es evidente que no todos lo ven de la misma manera. A algunos le importa, pero no hacen nada por corregir el problema. Creen que con cacerolas y banderas van a presionar a un gobierno que no respeta ni la ley ni el orden, ni la moral.

A los otros no le importa. Simplemente porque se han acostumbrado a mamar de la teta del gobierno que emite dinero sin respaldo generando una inflación galopante que nadie, ni los de un lado, ni los del otro pueden soportar al ver sus ganancias licuadas en un promedio de 6 o 7 por ciento mensual. Pero estos últimos ya no tienen ni escrúpulos ni dignidad. Se auto venden como esclavos de un sistema manejado por falsos punteros políticos que se llenan los bolsillos gracias a esa multitud que va donde le dicen con tal de no tener que trabajar más.

La grieta no es política ni ideológica. La grieta es entre el honesto y el corrupto, entre el trabajador y el vago, entre el decente y el delincuente, entre el que estudia y el ignorante,

El actual gobierno ha hecho regresar lo peor de la década infame de los 70. Antiguos terroristas, asesinos, ahora asesoran a los nuevos guerrilleros, los falsos mapuches que asolan las propiedades públicas y privadas de la Patagonia con la mirada cómplice de los políticos oficialistas.

El actual gobierno esta enceguecido por los cantos de sirena provenientes de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Irán, Rusia y hasta China. Critica el imperialismo yanqui y se arroja a las garras de los otros imperialismos, que ya no importa si son de derechas o de izquierdas, sino que están gobernados por criminales que no vacilan en eliminar a quien se oponga.

El actual gobierno es un parto contra natura, es un cáncer con cientos de ramificaciones de metástasis. Es heredero de la peor lacra que sufrió este país entre 1945 a 1955 y en 1973 a 1976. La creación de un general admirador de Mussolini que puso en práctica en aquellos años de su primer gobierno todas las peores practicas del fascismo que había aprendido en su estancia en Italia de preguerra. Nunca mas la Argentina va a recuperarse de aquel gran salto al vacío. Todas las generaciones posteriores a la década del 40 sufrimos las consecuencias de que unos argentinos se dejaron engañar como idiotas.

Adoctrinamiento al estilo de las juventudes hitlerianas en las escuelas y en algunos canales de televisión. Padres ciegos que guían a sus hijos a ser también ciegos en lugar de lo que haría cualquier padre responsable que es educarlos para que sean libres y piensen por su cuenta.

Y la basura política arruina todo, incluso las luchas por los derechos de las minorías sexuales o étnicas, la lucha por los derechos de la mujer y del niño. Porque las entidades del gobierno que deben defender esos derechos están conformados por funcionarios corruptos y arribistas.

Y mientras dicen “pueblos originarios” en lugar de indios, en el Chaco y en Formosa se los mata de hambre y no tienen ni siquiera una bomba de agua potable porque los gobiernos se las niegan.

Y mientras dicen “ni una menos” el Estado ausente mira para otro lado cuando el número de femicidios sigue en aumento.

Y mientras hablan “lenguaje inclusivo” los crímenes por odio sexual continúan y nadie hace nada al respecto.

Y aumenta el narcotráfico, la violencia en los robos, los asesinatos por un celular o un par de zapatillas

Aumenta el desánimo, la bronca, la ira en la calle donde cualquiera se pone violento contra su prójimo por pavadas.

Y el gobierno sigue su rumbo totalmente perdido como barco en medio de una niebla fantasmal, manejado por una vicepresidenta jefa de una banda de ladrones sin escrúpulos, puesto que heredó de su fallecido marido que conocimos cuando se robó las regalías petroleras de su provincia y las giró al exterior en medio de la opinión de los imbéciles que consideraron que era una genial avivada. Por algo hay corruptos en la Argentina, porque se los aplaude.

Y además esta el presidente. Un inútil que no es capaz ni de administrar un kiosco. Un títere sin poder, ni garra (por no decir otra cosa), ni inteligencia, atravesado por el discurso setentista de la guerra fría, que repite como un lorito hablador.

Y después los idealistas, los militantes, las juventudes, los que no saben nada de nada de la verdadera historia del país, un poco porque creen en las mentiras oficialistas y otro poco porque ni siquiera toman un libro, no vaya a ser que les queme las manos.

Y los sindicalistas que tienen millones en sus cuentas bancarias, autos de lujo y empresas propias mientras sus representados se mueren de hambre.

Y los jueces militantes que fallan a favor del poder

Y los artistas que totalmente contrarios a lo que debería ser el dogma de la absoluta independencia de todo poder político, se entregan cual prostitutas baratas.

Y los llamados intelectuales que tergiversan sus ideas para acomodarse con el gobernante de turno.

Y la oposición. La inútil oposición que se deja enredar como colegiala inocente en las redes del oficialismo y termina demostrando que son tan incapaces como aquellos a quienes critican.

Esto, que con mucha generosidad intelectual llamamos país está camino al abismo. Todos somos culpables. Y cuando digo todos, digo TODOS.

Los cobardes y los corruptos. Los indiferentes y los militantes, los políticos, los jueces, las jerarquías eclesiásticas, los sindicalistas, los periodistas, los piqueteros, los que reciben dinero del estado, los que agachan la cabeza, los violentos, TODOS.

Y tampoco se salva el que está allá en Roma. Sospechado de haber colaborado con la dictadura militar entregando a otros sacerdotes. Luego falso enemigo del kirchnerismo y por último en otra de sus volteretas políticas, haciéndose el peronista e interviniendo en las internas políticas de este agujero sudaca. No te necesitamos Bergoglio. Bastante tenemos con los que viven aquí y nos arruinan la vida todos los días.

No me considero argentina. Hace rato que me da vergüenza admitirlo. Pero vivo aquí y lo sufro como cualquiera. Gracias a mi inteligencia no soy chauvinista. No tengo patria, ni himno ni bandera. Solo un terreno de diez por treinta y lo demás…lo demás no me interesa”

 

 

 

6 Repercusiones

 Creí que nadie iba a poner atención a mi nota en el diario. En realidad, no es que causara sensación, pero algunos la leyeron. Y entre esos algunos estuvieron importantes periodistas de radio y televisión con muchos seguidores en sus programas.

En los primeros días de la publicación tuve que atender varios llamados telefónicos para salir al aire y contar sobre lo que había escrito. A algunos periodistas les parecía un poco exagerado el tono de la nota, a otros les parecía que había opinado con absoluta claridad. En el medio unos pensaban que no podía involucrar a todo el mundo y que había gente muy rescatable que trabajaba en silencio y con voluntad de progreso.

-Ese es el problema- Recuerdo que contesté y continué -El silencio es cobardía o es complicidad. Ya no podemos permanecer callados-

-¿Estas incitando a una rebelión?-

-No, yo no incito a nadie. No me paro en la esquina a gritar que hay que ir a la Casa de Gobierno a colgar a todos los políticos. Lo único que hago es historia. Estamos como estamos porque la mitad del país esta callada y mientras tanto la otra mitad se aprovecha-

A veces los reportajes comenzaban a tomar un cariz un poco molesto para los periodistas y optaban por darlo por terminado. Yo, a pesar que advertía la maniobra, me hacía la desentendida. Total, no es mi problema, pensaba. En otras ocasiones me preguntaban que perseguía siendo tan efusiva con mis conceptos. Y yo respondía.

-Soy el tábano que pica. Pica y pica. A algunos les tienen que salir ronchas-

Hasta que comenzaron, primero esporádicamente pero luego mas seguido, algunas preguntas que me llamaban la atención.

-¿No le importa que mucha gente piense que está equivocada?-

-No es mi intención ser condescendiente con nadie. La nota puede gustar o no, pero no se puede permanecer indiferente-

Otra.

-¿Está tratando de conseguir adherentes a un espacio político?-

-No me interesa que alguien me siga-

Otra.

-¿Tiene alguna relación con los libertarios? Porque su discurso se parece al de “la casta” de Milei-

-Ja, ja. No conozco a Milei y no lo sigo, como no sigo a ningún político porque no soy ninguna chupamedia, pero debo confesar que algunas de sus ideas me gustan-

Y a partir de allí comencé a desgranar definiciones:

.Estoy en contra del aborto.

.Debería haber libertad en el uso de armas. Los delincuentes las usan ¿porque no podemos defendernos en igualdad de condiciones?

.Estoy en contra de todos los políticos

.No soy chauvinista ni nacionalista

.El capitalismo es la única ideología económica que ayuda al hombre a prosperar.

.El comunismo va en contra de la humanidad.

.Debería eliminarse el contrato iglesia- estado. No mantener a ninguna religión y a sus sacerdotes.

.Todos los políticos corruptos deberían tener penas máximas y sin excarcelación

.Bajar la edad de inimputabilidad de los delincuentes

.Una verdadera política de defensa de las mujeres y las minorías sexuales y no andar idiotizando gente con la falsedad de los lenguajes inclusivos.

.Eliminar el adoctrinamiento en las escuelas. Apoyar el regreso del respeto al maestro.

.Control de la natalidad de las personas bajo la línea de pobreza hasta que, al menos tengan un trabajo estable y el acceso a una vivienda digna.

.Relaciones diplomáticas con países serios.

.Fomento de la industria y el agro.

.Valor del mérito y el esfuerzo.

.Eliminación a sangre y fuego del narcotráfico y otros delitos

.Achicar el Estado hasta su más mínima expresión.

.Tolerancia cero con grupos violentos y terroristas

.Educación. Salud. Seguridad. Defensa. Vivienda digna. Control de los gobernantes. División de poderes. Republica. Democracia real. Respeto por la Constitución. Honestidad. Capacidad.

Probablemente me olvide de mas cosas, pero a medida que los periodistas se volvían mas inquisitivos con la nota yo atacaba con todos estos temas.

Y así pasaron unos pocos, pero intensos días. Pero, como sucede con todo en este país las noticias del lunes llegan salvas milagrosamente hasta el viernes. Después se olvidan. Yo misma estaba comenzando a cansarme y le pedí a la señora Azumi que atendiera el teléfono y si era por una nota les dijera que estaba enferma.

Ella cumplía eficientemente con mi pedido y muy amablemente decía a los reporteros que no me sentía bien lo que generaba nuevas preguntas a ella tratando de saber que problema de salud me afectaba. Entonces decidí que tampoco sea contestado el teléfono y que la señora Azumi no tuviera que ser sometida a estos interrogatorios.

Pero tampoco podía aislarme y recomenzaba la atención a los llamados después de las 17 horas cuando estimaba que nadie iba a molestarme. Y una tarde sonó. Y atendí.

Era un muy conocido político de la oposición que quería hablar conmigo. El problema, para él, fue que le reconocí la voz inmediatamente antes de darme a conocer y haciendo gala de una actuación digna de un Oscar dije.

-Ay, mire señó. La señora no está. Ha tenido que hacer un tramitecito. ¿En que le puedo ayudar?-

El hombre cayó en la trampa, pero no se atrevió a decirme lo que quería, tal vez porque mandar un mensaje a través de una sirvienta era demasiado para él.

-Dígale a la señora que la volveré a llamar-

-Ay, como diga el señó- Dije ya al borde de la risa.

Y corté.

¿Para que quería hablar conmigo un político de la oposición? Me pregunté. Aunque la respuesta era obvia. Querrían que me una a sus filas. Justo a mí. A mí que no tolero ni las ideologías, ni los dogmas, ni la verticalidad, ni las internas, ni los egos, ni ser parte de nada.

Llamaron tres veces más. Otras personas en nombre de aquel político. Los atendí haciéndome la sirvientita del interior. Después de esas tres veces no volvieron a insistir. Pero todavía no había terminado la cuestión.

 

7 Política es una mala palabra.

 Ser una eminente opinadora acerca de la pésima situación del país era algo medianamente aceptable, pero de ahí a pasar a formar parte de la lacra política no entraba ni remotamente en mis planes.

El político que intentó comunicarse conmigo por teléfono no fue el único. En el periódico lo supieron, no sé cómo, y por ello se les ocurrió que podía escribir una columna mensual o semanal si quería. Por supuesto les dije que no. Ellos insistieron, al parecer eran conscientes de que gracias a mi podían tener una tirada mayor de ejemplares, pero yo no iba a ser objeto de sus negocios.

Es más. No solo me iba a mantener en mi equidistancia imparcial, ajena a todos los negociados sucios de la política, con toda la libertad para decir lo que quisiera, sino que, además, iba a hacer aquello que deseaban hacer conmigo. En lugar de dejarlos que se aprovechen de mi nueva fama yo iba a hacerlo en mi exclusivo beneficio.

De manera que llamé a mi editor y lo puse contra la pared.

-¿Estás dispuesto a editar un libro de ficción pero que contenga todos los elementos de la política actual del país?-

Como no es lerdo para los negocios, por eso confío en él, me respondió de inmediato.

-¡Por supuesto que sí!-

-Bien, me pondré a trabajar-

-¿Sabes que ya te vería venir? De golpe pegaste un salto enorme en el conocimiento del público en general. Tus lectores son muchos, gracias a Dios, pero ahora trascendiste mas allá con tus opiniones políticas. Espero tu trabajo con ganas-

Como siempre, cuando mis novias se van a sus trabajos, me encierro en el estudio y me pongo a trabajar. Pienso mejor sentada en un cómodo sillón colocando a un costado una mesita con papeles y lapiceras y del otro lado una mesita con una bandeja con el mate y el termo. Me reclino, me relajo, cierro los ojos y comienzo a imaginar frases en el aire hasta encontrar alguna que me gusta.

“Había una vez un país que no era un país, con habitantes que no eran habitantes…creían serlo, pero eran solo carne de matadero…”

Esa frase me estaba gustando y me acomodé para escribirla cuando me llamó mi editor

-¿Viste que publicaron un poema tuyo en una revista política?-

No eran muchos los poemas que había escrito y me imaginé cual. Mi editor me pasó el link y pude leerlo en mi celular. Era el que me imaginaba. Para mí es casi como mi himno de independencia mental. Por eso ni se me ocurrió reclamar por la publicación sin mi consentimiento. Me estaban ayudando a promocionarme.

Lo transcribo.

Prefiero ser una loba solitaria

antes que una oveja en el rebaño

Prefiero enfrentar la vida contramano

antes que me arrastre la corriente

Prefiero la rebelión antes que el sometimiento

Y si fuera necesario el destierro

antes que pertenecer a la masa silenciosa

que va donde le dicen.

Prefiero lo original, aunque escandalice

antes que el lugar común edulcorante

Prefiero que me odien sinceramente

antes que me mientan palabras de amor

Prefiero las minorías angustiadas

antes que las mayorías complacidas

Prefiero al que protesta antes que al que aplaude

o al que se refugia tras una bandera

una religión o una ideología.

Prefiero los silencios antes que los discursos

Prefiero los senderos inciertos

antes que las pulcras autopistas

Prefiero morir hoy sabiendo que he vivido

antes que una inmortalidad vacía.

Y prefiero no tener líderes, ni ídolos, ni modelos

ni conocer falsos sabios que pontifican

desde un atril, un altar o una pantalla de televisión.

Prefiero ser yo, aunque me duela

y me broten cicatrices provocadas por los celos

por la envidia, por el miedo

de aquellos que me sienten libre y no aceptan

que no me sume a su ceguera.

Prefiero no pertenecer si con ello pierdo mi esencia

Prefiero que me llamen egoísta

y no compañero, o camarada

Prefiero ir donde mis pasos lo decidan

Y no donde el viento de la sociedad me lo señala”.

 

Pero la nota donde publicaban mi poema insinuaba que estaba por aceptar formar parte de alguna tendencia política y ahí sí que me puse loca de rabia. Averigüé su mail y les envié un furibundo mensaje desmintiendo el rumor. Me contestaron que harían una desmentida. Podía creerles o no, pero recurrí a mi viejo amigo Carlos Romero, periodista free lance que me había ayudado en el caso de las escuelas antes de la pandemia y le relaté lo sucedido. Enseguida se puso a mi disposición y redactó un texto afirmando que yo era totalmente ajena a cualquier partido y en cuanto se lo aprobé lo subió a una gran cantidad de plataformas de noticias. Era importante que yo permaneciera ajena a la movida política para dar mayor publicidad a mi nuevo libro.

Esa tarde me comuniqué con el abuelo de Mei. Le hablé de aquella última conversación que habíamos tenido en su casa y que él recordaba perfectamente.

-Encontré algo interesante para hacer en este país, por ahora- Le dije y le conté lo que estaba planeando.

-Espero ver pronto su nuevo libro…y que abra muchas mentes- Me manifestó.

 

 

 

8. Trabajando

Antes de ponerme a escribir decidí que era una buena idea leer algo de la reciente historia argentina. Pero cuando mas me metía en el tema descubría que debía ir cada vez mas atrás para encontrar el origen de muchos de los males nacionales.

Todo hecho de sangre, corrupción y engaño tiene un antecedente. Siempre hubo delincuentes ambiciosos, no solo por lo ajeno sino también por el poder. Y tan decididos a ascender a la cima que no se hacían problema por quien quedaba en el camino, muerto o traicionado.

Así que llegué hasta 1810. Crease o no. Aquel magno acontecimiento que se supone era el encendido de la antorcha de la libertad no fue más que lo que sería para un perro, cambiar de dueño, pero no de collar. Ya en aquel entonces había una grieta. Ya en aquel entonces había traiciones, muertes en vano, odios y ventajeros.

Un delirio nos quería hacer esperar el regreso triunfal de Fernando VII. Otro ponernos bajo el mando de un rey Inca. Todo era improvisación e internas entre halcones y palomas de la época. Parecía que solo unos pocos habían entendido la “Declaración Universal de los derechos del hombre y el ciudadano”

Y mientras tanto, los miopes de siempre querían utilizar los ejércitos apenas mal organizados para sus disputas personales en lugar de enfrentar al colonialismo español.

Desde 1810 hasta 1853, cuando se promulgó la Constitución, esta tierra que no era más que un conglomerado de territorios feudales vivió una larga y dolorosa guerra civil que los manuales escolares y los libros de historia se empeñan en ocultar bajo la alfombra.

Por eso se tardó tanto en declarar la independencia. Porque algunos estaban sumidos en sus apetencias personales y también estaban los mansos, los cobardes, los que temían dar el gran paso.

Unitarios y federales se llamaban algunas de esas facciones. Los lideres unitarios eran de pensamiento federal y los federales estaban liderados por el mas unitario de los gobernantes. El primer tirano, Rosas. Después vinieron otros tiranos, pero la semilla del odio ya estaba germinando. Y mas tarde fueron otros los contendientes.

¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué este país no tiene futuro?

Ahí está la respuesta. Fue parido entre sangre y fuego, criado por lobos y chacales que también nos hicieron participar de dos guerras latinoamericanas innecesarias como toda guerra. Un vano derramamiento de sangre contra Brasil y la maldita complicidad en la guerra genocida contra Paraguay.

Pero hubo idealistas. Hubo gente que quiso pensar un país en serio. Un país de verdad. Fueron pocos y hoy día son defenestrados por el relato mentiroso del gobierno actual que no está formado por marcianos recién llegados, sino que son piel y sangre de este pueblo. Esa es la razón por la que no hay futuro. Porque la basura no está en el cesto sino desparramada por toda la casa contaminándolo todo.

Después vinieron Mitre contra Urquiza, Buenos Aires contra el resto del país, Mitre contra los radicales y así la cosa continuó hasta luego de la farsa del país “granero del mundo” como nos decían y nos decíamos a nosotros mismos. Época de vacas gordas que solo comían los terratenientes agricultores y ganaderos.

Mas tarde una bocanada de esperanza que duro lo que un suspiro. Irigoyen y el radicalismo terminaron, por su propia incapacidad, dando argumentos para que sufriéramos el primer golpe militar en 1930, que dejó en el poder a esos terratenientes millonarios.

Y llegó lo peor. Producto de otro golpe militar. El del 1943, la lacra que nos va comiendo como un cáncer maligno. A pesar de los años y de la muerte de su gestor, Juan Domingo Perón y la nefasta Evita. De nuevo la división, Peronistas o gorilas. El país dilapidando su riqueza en populismos baratos y al final, cuando ya no quedaba un peso, la represión, la venganza, el odio, la cárcel. A Perón no hubo más remedio que echarlo con un clásico golpe militar, el de 1955.

La sucesión de gobiernos débiles nos dejó la puerta abierta a lo que se hacía costumbre, otra asonada militar en 1966 que echó al efímero gobierno menos corrupto de la historia. Y tras varios años, el regreso del tirano, las guerras fomentadas por las organizaciones terroristas que mataban inocentes a mansalva. Y el terrorismo de estado que comenzó bajo el gobierno de Perón asesinando opositores.

Y después, el golpe de 1976. El maldito golpe que todavía hoy sigue sangrando en nuestras heridas utilizado para defenestrar opositores y contar mentiras. Un gobierno militar que asesino sin juicio ni ley a culpables e inocentes. Y la guerra de Malvinas, otra aventura que fue apoyada por un pueblo que después se hizo el distraído, como si nada hubiera pasado cuando regresaron los ex combatientes y se los borró de la memoria colectiva, por vergüenza, por haber apoyado a un gobierno deleznable.

Y en 1983 regreso la imperfecta democracia. Con el peronismo que no quería juzgar a los militares y el gobierno radical que no quería juzgar a los terroristas. Y después de una escenografía que todavía hoy nos repiten en los documentales, todos, de un lado y del otro terminaron perdonados por el gobierno peronista de Menem.

Inflación, dolarización de la economía, caminos que demostraban que seguimos siendo tan ignorantes como siempre, terminaron explotando en la crisis del 2001. Que trajo a Duhalde y luego a la otra nefasta pareja. Los mayores delincuentes de nuestra historia, Néstor y Cristina. Y así seguimos, a los tumbos, sin proyecto, sin ideas, sin honestidad, con un oficialismo y una oposición que navegan contra los icebergs sin brújula ni luces.

Pasamos la peor de las cuarentenas, quizá solo emulada en China. El pueblo se convirtió en delator del pueblo. La economía se derrumbó sin pausa, los privilegiados se robaban las vacunas y estas no llegaban a la gente por los negociados ideológicos del gobierno títere.

El dólar se dispara, la inflación también. Hay hambre, hay corrupción, hay inseguridad, hay muertes por hambre o por falta de atención médica. El país está lleno de necios. Bueno…como siempre.

De necios, de cobardes, de corruptos, de ventajeros, de vagos, de ignorantes. Somos la consecuencia de nuestros actos. Este pueblo ha votado. Ha elegido. No se puede hacer el distraído. Este pueblo va a los actos partidarios, este pueblo aplaude a los incapaces, este pueblo también se calla o solo vocifera sin convicción. Se cree que solo con votar cada dos años basta para ejercer la democracia.

No sirve la democracia, que es de por sí incapaz de lograr la justicia y la equidad, para un pueblo que no es democrático. Aceptémoslo. Los argentinos no somos democráticos, solo estamos esperando la oportunidad para llegar al poder y hacer nuestros negocios.


9 Tratando de calmarme

 Es innegable que con la redacción de este libro estaba haciendo catarsis por los cuatro costados y por todos los poros. Me encerraba en mi estudio y a la vez que escribía puteaba con todas las palabras insultantes que aprendí en mi vida. Era una acción doble. Escribir y maldecir. Maldecir y escribir. Nunca antes, ni siquiera con el libro sobre el feminismo me había enojado tanto.

Cuando llegaba la hora del descanso. Próxima a la llegada de mis novias, iba al baño y me daba una ducha. Necesitaba calmarme para que ellas no fueran víctimas de mi pésimo humor. De manera que cuando llegaban las recibía con mate y facturas y hablamos de lo que nos había pasado en el día.

-¿Y Ale, como anda el trabajo?- Me preguntaban.

-Bien, avanzando- decía yo perfectamente calmada

Debo confesar que me tuve que contenerme y no agarrar el televisor a patadas el día que escuché a la vocera presidencial Gabriela Cerruti, decir que las piedras que habían sido puestas en la Plaza de Mayo, en memoria de los muertos por COVID, al modo que lo hacen los judíos en las tumbas de sus fallecidos, había sido obra de la “derecha”. No puede ser una persona tan desalmada. Tan hija de perra. Los muertos por COVID en la Argentina fueron mas de 130.000, cuatro veces más de lo que se acusa de haber eliminado la última dictadura militar. Y muchas, quizá mucho mas de la mitad de esas muertes podrían haber sido evitadas si no hubieran ido a besarle las medias a Putin y esperar la vacuna Sputink en lugar de comprar las del laboratorio Pfizer. Era para agarrar el televisor a patadas y la dentadura de la vocera también.

Pero no solo la vocera es una persona de mala entraña. Meses atrás, seguidores del gobierno rompieron fotos de las víctimas de la pandemia y pisado las piedras que estaban al pie de un monumento en la plaza. Por eso digo que los males de este país no son solo producto de los políticos de turno, también hay mucha gente estúpida, muy estúpida.

Un buen motivo para tratar de calmar mis nervios fue el reencuentro con el grupo de Adela y sus compañeras de colegio. Cuando finalmente arreglamos horario y día de nuestras reuniones me sentí impaciente volver a verlas y saber que había sido de sus vidas.

Así fue que tuve a las doce criaturas de nuevo en casa, conversando de todo y tratando de enseñarles lo que podía. Tuve una gran alegría de ver juntas todavía a Paula y Emilia. Estaban, además de estudiar, organizando el emprendimiento del que ya me había informado Adela. Al parecer era un pequeño salón de té que, por lo que me describieron, también sería un espacio para mostrar arte de principiantes.

Cuando pude las aparté del grupo y me puse a conversar con ellas.

-Veo que están pensado en el futuro-

-¡Si! ¡Estamos felices!-

-Bien, les voy a decir algo. Pase lo que pase no se rindan y, sobre todo, no mezclen sus sentimientos con el negocio. Yo sé que eso es difícil, pero si se aman por sobre todo lo conseguirán-

-Si, señora-

-Y no me vuelvan a decir señora…-

Y cuando estaban por volver con el grupo se dieron vuelta y me dijeron.

-Usted sabe que la idea es decorar el salón con cuadros de gente que recién empieza, pero estamos de acuerdo en que nos gustaría tener un cuadro suyo. Esto ya lo hemos hablado con nuestros padres y ellos desearían hacerle una oferta por una de sus obras-

-Mis cuadros no están en venta-

En el fondo me causó gracia las caritas que pusieron. Antes de que largaran una lagrima me apresuré a aclararles.

-No están en venta porque para ustedes es un obsequio. ¿Cómo se les ocurre que se las voy a cobrar? Después vamos a mi atelier y eligen la que más les guste…pero eso sí. ¡Ni se les ocurra quebrar el negocio porque me llevo de regreso la pintura!-

La felicidad de esas jovencitas me iluminó un poco la vida. Todavía hay algo de esperanza.

Mientras continuaba con mi actividad, los rumores de que estaban tratando de convencerme un par de agrupaciones políticas para que me involucrara y, además de ponerle título a mis ideas, ofreciéndome un cargo electivo, o no, para las próximas elecciones, continuaban su marcha a pesar de las desmentidas.

Yo me mantenía callada. Viendo que era inútil cualquier respuesta le avisé a mi amigo periodista que no se preocupara mas por contestar e hiciera mutis por el foro. Por ahí, el más absoluto silencio lograría que los chismes se fueran desvaneciendo.

Pero, de todas maneras, le pedí otro favor. Que me fuera asesorando con datos e informes acerca de varios hechos relevantes de los cuales yo podía escribir de memoria, por haber sido testigo, como argentina. Pero necesitaba documentación y como le propuse que sería mi coautor se manifestó encantado.

-El solo hecho de participar como ayudante suya me va a hacer más famoso que todos los años que vengo trabajando como un burro- Me dijo. Y nos asociamos.

Mi editor, que había sido quien me presentara a Romero también estaba contento con la idea y no se le ocurrió mejor idea que hacer un mal chiste

-Al fin vas a producir un libro bien escrito-

-Seguí hablando pavadas y cambio de editor- Le contesté.

Se dio cuenta que no fue gracioso y me pidió disculpas.

Ahí contraataqué.

-No te hagas problema, ya es bien sabido que a los editores les falla alguna conexión en las neuronas-

Y quedamos así. Peleados en broma, como siempre.

Marga y Keiko andaban trabajando cada una en lo suyo. El arquitecto Castaño conseguía mas obras en Uruguay lo que hacía que viajaran y volvieran en el día bastante regularmente.

-He cruzado mas veces el Rio de la Plata que la Avenida 9 de julio- decía Marga que acompañaba a su patrón para los trámites administrativos.

Y Keiko continuaba luchando afanosamente para reemplazar insumos importados por nacionales. Le estaba yendo bastante bien. Hizo un arreglo con una Pyme a la que le dio una ayuda económica para que le fabricaran una serie de repuestos. Así la pequeña empresa debió tomar más personal, lo que no fue tan fácil debido a la escasa cantidad de gente preparada tecnológicamente y mentalmente para un trabajo que requería destreza, dedicación, razonamiento y compromiso con las tareas, algo que una gran masa de argentinos han olvidado.

 

10 Fama

Con el tiempo siguieron algunos reportajes radiales. A los televisivos, ya fueran en vivo o grabados, trataba de evitarlos. No porque fuera selectiva ideológicamente a quien darle una nota sino por el simple hecho de que, si tenía que responder preguntas por radio lo podía hacer, tranquilamente en mi casa y vestida como me diera la gana. Por lo general, empezando el clima veraniego, andaba descalza y solo con corpiño y tanga o, eventualmente, cuando andaba la señora Azumi por ahí limpiando, me ponía un pantaloncito muy breve y ajustado.

-Dichosas ustedes que pueden andar así-

Solía decirme la señora a la que sin malicia yo trataba de convencer que usara ropa cómoda y liviana ya que, en realidad y aunque estaba cercana a los cuarenta se podía decir que tenía un excelente físico, delgada y erecta como una vara de bambú. Pero ella prefería, a lo sumo, unas calzas ajustadas y una blusa muy holgada.

Recuerdo, en una fecha cercana al Mundial de futbol en Qatar que un periodista me preguntó mi opinión acerca del evento.

-Te confieso que el futbol me atrae, pero no por ver chongos en pantaloncitos cortos, eso saben bien quienes me conocen, que es lo que menos me importa. Me gusta el juego, es como un ballet sin música y con la emoción del gol a cada instante. Hasta he jugado alguna vez con amigas. No soy hincha de ningún club, va en contra de mis principios, pero he seguido a la Selección, no por que considere que representa al país, porque eso no es cierto, sino por puro entretenimiento. Hay muchas cosas detestables en el futbol. Jugadores violentos con sus mujeres, barras bravas, dirigentes corruptos, códigos, como una mafia. Pero este es el primer Mundial que no pienso prender la televisión para ver ningún partido. Primero porque es un Mundial nacido de la corrupción y la compra de votos, segundo porque han muerto centenares de operarios de mano de obra esclava para construir los estadios y tercero porque no puedo tolerar la hipocresía de hacerse los occidentales cuando sus mujeres tienen que ir cubiertas de cabeza a pies, negándole su condición humana y por ultimo, porque no me banco a los musulmanes por su fanatismo religioso-

En la radio se quedaron mudos unos segundos. Pero logré mi objetivo. Ese día todo el periodismo estaba repitiendo mis dichos.

-¿No tenes miedo a una represalia musulmana?- Me preguntó Marga mas tarde.

-No. De ninguna manera- respondí y el hecho quedó allí porque nada sucedió al respecto. Después de todo no soy la revista Charlie Hebdo ni el escritor Salman Rushdie.

El libro marchaba de maravillas. Escribía algunas horas y en otras recibía a mi amigo periodista que me traía información que cotejábamos y decidíamos usar o no. Eso sí, en esas ocasiones me vestía más discreta.

Por otro lado, recibía información del Estudio Wit con los datos del rating del animé. La serie estaba teniendo un éxito insospechado, mas allá de sus previsiones, lo que motivó que se pusieran en contacto con algunos mangakas para hacer un manga. Lo que subvertía el orden general ya que siempre es un manga exitoso por el que luego se produce una serie de animé. Pero no me importaba, eso significaba un aumento en mis regalías.

Mis contactos con Japón no terminaban allí. De vez en cuando conversaba con Mitsuko. Solo hablábamos de cosas intrascendentes, pero siempre me queda la duda si esas comunicaciones que solía generar ella eran porque en verdad me extrañaba. Pero nunca me animé a preguntárselo y ni se me ocurría mencionar nuestra aventura pasada. También hablaba con la parejita feliz. Yuzu y Mei estaban progresando en sus trabajos y yo me sentía orgullosa de ellas. Además. Cada vez se las veía mas lindas y desarrolladas. Ya no eran las adolescentes que conocí, pero las sentía como unas hijas postizas.

En ocasiones me comunicaba con el abuelo de Mei. el hombre no me decía nada concreto, pero era evidente en sus comentarios que le hubiera gustado que yo me fuera a vivir a Japón. Me preguntaba por la situación de la Argentina y cuando yo le contaba me daba la plena sensación que estaba muy bien informado. Me reiteraba su interés en poder leer mi nuevo trabajo, en proceso, y le prometí que en cuanto tuviera el texto terminado le enviaría una copia vía mail para que tuviera la primicia. Siempre terminaba su comunicación manifestándome su admiración.

Todas estas comunicaciones me servían también para enterarme cono andaban nuestras amistades en la tierra del Sol Naciente, porque las chicas habían formado una especie de red de información y recopilaban datos para contarme las novedades, lo que yo les agradecía enormemente.

En tanto seguía con mis ocupaciones, practicaba con el órgano porque estaba recibiendo algunas invitaciones para tocar. Pero sucedió algo que no alteró mis planes pero que me sorprendió.

Iba camino al supermercado a comprar yerba, que tanto consumimos, y mientras cruzaba la plaza que está a una cuadra de mi casa vi a Adela, la hija del Arquitecto Castaño conversando con otra chica sentadas en la escalinata del monumento de un patriota que no vale la pena mencionar.

Iba a acercarme a saludar, pero cuando estaba a pocos pasos advertí que estaban tomadas de la mano. Entonces, esperando que no me hubieran visto, retrocedí por donde había llegado y dando un rodeo seguí camino al comercio. ¿Era imaginación mía? ¿Finalmente Adela había sucumbido ante una experiencia homosexual para salir de la desazón por el alejamiento de su ex novio?

Preferí creer que mi mente estaba muy caliente y entré al negocio a comprar. Luego, al salir, pude ver desde lejos que las niñas estaban en el mismo lugar. Me quedé parada en la esquina sin saber que hacer hasta que, de pronto, se pusieron de pie y comenzaron a caminar hacia una de las esquinas. ¡Y seguían de la mano!

Recordé entonces los consejos que le había dado e incluso la conversación que yo misma había tenido con su padre. ¿Estarían al tanto? Lo que yo sentía en ese momento no era homofobia. Eso es lo último que puedo sentir. Lo que me sucedía era que pensaba que Adela solamente estaba teniendo alguna relación con otra chica solo porque no había asimilado su desanimo y podría estar cometiendo un error. Pero si el caso era que había descubierto su lesbianismo de manera natural y se aceptaba, entonces no tenía nada que decirle, mas que algunos consejos básicos. Pero antes necesitaba que se sincerara conmigo.

Como suele sucederme cuando se me presentan situaciones complejas, lo comentó con Marga y Keiko. Esa tarde, mate mediante, toqué el tema.

-Yo creo que sigue confundida y alguna mas experimentada la atrapó- Dijo Marga.

-Para mí, esta experiencia con su novio le abrió los ojos y descubrió su verdadera orientación sexual-

-Creo que me tengo que buscar otra novia para desempatar- Replique riéndome.



11Confesiones lésbicas

Se avecinaba una nueva reunión con mis seguidoras y eso implicaba que podía sondear a Adela sin hace cirugía mayor. Las recibí como siempre, con gaseosas y masas, los almohadones donde les encantaba sentarse y desparramarse por el piso alrededor de mí, sentada en mi sillón giratorio para verlas a todas.

La señora Azumi acercó los platos y las bebidas y se retiró, no sin antes decirme al oído.

-Son un grupo hermoso. Como me hubiera gustado tener amigas así cuando era joven-

-¿Quiere quedarse a escuchar?- Le pregunté

-No gracias, me sentiría un poco fuera de lugar-

Y se marchó a la cocina tan silenciosa como siempre.

Este día estaba decidida a llevar adelante un experimento o algo parecido. De modo que comencé a hablar con Paula y Emilia.

-Bien, niñas, estamos aquí solas, no hay grabadoras y las paredes no escuchan. De modo que, sin entrar en detalles, porque no nos cuentan un poco como están llevando su relación-

Las dos niñas se quedaron unos segundos mudas.

-Bueno, si no quieren lo respetamos, pero no es que quiero saber que hacen en la cama sino sacar algunas conclusiones que sirvan a las demás-

Y así fue que primero Paula y después Emilia se largaron a comentar como se llevaban, como se estaban ayudando con los últimos exámenes y además como aprovechaban los fines de semana para poner, ellas mismas, el local de cafetería que pensaban llevar adelante. En realidad, todo parecía estar muy bien entre ellas y se mostraban muy seguras acerca del futuro. Bueno, lo más seguras posible que se puede estar en este país.

-¿Este año se van de vacaciones a Cancún?- Les pregunté.

-No, la idea es abrir el negocio y atenderlo para ponernos practicas. Luego cuando comencemos la facultad nuestras madres nos ayudaran-

-¿Y que piensan estudiar?-

-Administración de empresas- Respondieron a dúo.

-¿Alguien que quiera hacerles una pregunta?- Interrogué al grupo.

Después de algunas vacilaciones les hicieron varias preguntas que respondieron muy seguras de sí mismas.

“Probablemente me haya equivocado al pensar que iban a durar poco” Pensé viéndolas tan decididas.

-¿Han tenido problemas de bullying en este tiempo que son pareja?- Le pregunté de improviso.

-Es raro, algunos deslizaron por ahí un comentario, pero sin insistir demasiado, como movidos mas por la sorpresa que por la homofobia- Respondió Paula.

-Si, yo creo que hay un concepto de “corrección política” que hace auto reprimirse hasta a los mas jodidos, pero no crean que la mente evolucionó. anden siempre con cuidado-

-Si señora-

-Y la próxima vez que me digan señora las expulso- Dije riéndome.

Luego miré a todas, una por una. Puse un CD de música clásica y cuando giré la vista hacia mis niñas me di cuenta que todas me observaban casi con devoción.

-¿Alguna quiere contar algo?- Pregunté.

Pero no obtuve respuesta. No quise mirar directamente a Adela para que no se diera cuenta que la cosa era con ella y cambie de tema.

-Ok. ¿Hablamos un poco de historia?-

-¡Si!- Fue la entusiasta respuesta. Y pase a relatarles algunas de las cosas que me relataron mis padres en los últimos años de la política argentina.

Me preguntaron por el libro. Les di algunas referencias. Les dije que cuando pudieran hablaran del tema con sus padres. Y trate de inculcarles que no se dejen llevar por los cantos de sirena de los políticos.

-Piensen ustedes. Infórmense y analicen, pero no se crean nada. Los políticos siempre mienten-

-Y si todos mienten, ¿a quién votamos?-

-Lamentablemente la opción en este país es elegir al menos peor. No tenemos otra- Respondí.

-¿Se va a dedicar a la política?- Preguntó una.

-Me imagino que eso es lo que se dice por ahí-

-Si, papá lo leyó en un diario-

-Definitivamente no. Es una táctica de algunos para desacreditar el futuro libro. Saben que no voy a perdonar a nadie y entonces me inventan intereses personales. Jamás me uniría a la “lacra” como la llama Milei, que tras de criticarla se unió al grupo-

Después de la música, la clase de política y una buena merienda, la madre de Emilia pasó a buscarlas. Cuando estaba por trasponer la puerta Adela se dirigió a mí y me dijo.

-¿Puedo llamarla mas tarde?-

-Cuando quieras. Estaré esperando tu llamada porque supongo que debe ser algo importante-

-Lo es- Respondió y salió tras sus compañeras no sin antes dejarme un sorpresivo beso en la mejilla.

Estaba trabajando en el estudio cuando recibí la llamada de Adela. Se la notaba muy serena, algo que me llamó la atención pues ya me imaginaba lo que me iba a contar.

-Alexia, tengo que contarle algo…-

-Decime, te escucho-

-Creo que usted es la única persona que me puede entender-

-Probemos-

-Es que, a pesar de que no lo había previsto, estoy enamorada de una chica. Recuerdo aquella conversación en que usted me dijo que no buscara a tontas y locas en el lesbianismo mi decepción por la fallida relación con mi novio y le juro que en ese momento dije algo así como una broma y no pensé en ello hasta hace unos pocos días cuando me di cuenta que me atraía una compañera y fue mutuo. Nadie obligó a nadie…-

Hizo un silencio y aproveché a hablar.

-Querida, aquí lo único importante es que tu sentimiento, y por supuesto el de esa niña sean sinceros. Lo demás no importa. Pensá que también podés decepcionarte por una relación lésbica. Solo se trata de ser responsable-

Y me acomodé en el sillón. Estaba segura que sería una larga conversación



12 Adela y su novia

 Adela se tomó un segundo para seguir hablando. Pensé que había cortado, pero luego escuché su voz firme y clara.

-Siento haberla decepcionado-

-No es ese el caso. A mí no me decepcionas. Tu haz tu vida y yo no soy tu juez. Te voy a decir algo, si estas evaluando tu decisión por lo que yo piense vas por mal camino. Ni yo ni nadie puede saber cuál es tu verdadero sentimiento, como que solo lo debes saber tu misma. El único consejo que te puedo dar es el mismo de hace un rato. Se tu misma, no te engañes, evalúa si lo que sientes es real y por todos los cielos, no creas en la perfección ni en la felicidad permanente. Construye tu relación cada día y si no funciona no salgas corriendo a buscar soluciones mágicas. Eres muy joven todavía, tienes toda una vida por delante-

-¿Puedo acudir a usted si tengo alguna duda o problema?-

-Sabes que sí. Y…a propósito ¿Saben algo tus padres?-

-No, todavía-

-Yo creo que deberías decírselo antes de que se los cuente alguien-

-Bien, lo haré-

En ese momento dudé. Por un instante creí que debería hablar yo con el arquitecto Castaño, pero lo deseché. Mas tarde, una vez que corté con Adela, volví pensar si esto no traería cola. Recordé una antigua conversación con el padre de Adela en la cual me manifestó que no tenía problema en que su hija fuera lesbiana, pero…claro, eran épocas en que la niña tenía un novio y no había nada que temer, ahora era distinto. Yo sé muy bien como los padres reaccionan a este tema cuando es la hija de otro y tan distinto cuando es la hija de uno.

Que sea lo que Dios quiera, pensé y evalué el asunto. Lo más grave que podía pasar era que Castaño se enojara conmigo acusándome de influir en su hija.

Dios no existe y yo soy adivina. Pasó un solo día hasta que tuve noticias del arquitecto Castaño. Me llamó por la mañana justo después que mis novias se habían ido a sus trabajos.

No fue muy amable para comenzar pues ni siquiera me dijo buenos días.

-¿Sabe lo de Adela?- Preguntó sin anestesia.

-Por supuesto. Y por lo que veo usted también-

-¿Y que piensa hacer al respecto?-

-¿Debería hacer algo? Algo más que aconsejarla como hice ayer. No soy su madre ni su padre-

-¡Pero influye en sus pensamientos!-

-Tal vez, si Adela fuera una mocosa descerebrada, pero resulta que no lo es. Es una mujer inteligente que cree que sabe lo que quiere pero que está dispuesta a rever su posición si se equivoca. Eso es madurez, señor Castaño-

-¿Pero, porque enamorarse de otra mujer?-

-Porque la naturaleza se lo pide. Tuvo una experiencia malograda por un infeliz cobarde que disimulaba su orientación sexual usándola a ella. La engañó, los engañó a ustedes como padres de Adela y seguramente estaba engañando a sus propios padres. Adela salió indemne de eso, debería felicitarla por ello. Si hubiera sido otra se hubiera tomado un frasco de antidepresivos y ahora la estarían llorando. Anímese, todavía está con ustedes y ¿sabe? Si tiene otro desengaño amoroso volverá a salir, eso es la vida y no cuentos color rosa-

Por primera vez sentí el silencio del otro lado de la línea.

-¿Esta ahí?- Pregunté

-Si, si- Fue la respuesta.

-Bien , creo que esta conversación ha terminado- Dije.

-Espere un momento…¿Cómo sabemos que no cayó obnubilada por una lesbiana experta?-

-Esa pregunta tiene varias respuestas. Primera, usted sigue sin confiar en su hija, se piensa que es todavía una nena inmadura. Segunda, ya cayó embaucada por un pendejo mentiroso y aprendió la lección. Tercera, Si va a desconfiar de las personas que se le acercan no los valore por su sexualidad, la maldad no tiene sexo y Cuarto, dígame ¿Dónde quedo el señor que me dijo que no le importaría si su hija era lesbiana y que si ese era el caso la apoyaría?-

-Pensará que soy un mentiroso-

-No, apenas que es como todos los padres, si le pasa a otro dicen que esta todo bien y se manifiestan políticamente correctos, pero cuando les pasa a ellos se pierden el control-

Otro segundo de silencio que aproveche para continuar

-Ignoro que les contó Adela y como reaccionaron ustedes con ella. Si cometieron la estupidez de castigarla o algo así revean su acción. Piensen en los padres de Paula y Emilia, por ejemplo, en el padre de mi novia Keiko y denle la libertad que necesita su hija. Es madura, no la coarten y si tiene algún temor les diré que yo la había visto con esa chica un día antes en la plaza y, créame que tengo buen ojo para las lesbianas. La otra chica es tan inexperta como Adela. Se van a complementar bien hasta que ellas lo decidan y no interfiera nadie-

Esa fue toda la conversación con el arquitecto Castaño. No me hice mayor problema y traté de olvidar el tema sumergiéndome en mi libro. Pero evidentemente mi discurso les llegó claro porque dos horas después me llegó un mensaje de WhatsApp de Adela con un enorme ¡Gracias! y el pedido de que conozca a su nueva novia para lo que las invité a tomar algo en el McDonald’s.

Me sentía satisfecha de haber ganado otra batalla. Y bien ganada por que esa misma tarde Marga me contó que su patrón le había comentado que había quedado fuertemente impresionado por mis palabras.

Al otro día concurrí al local de comidas rápidas deseosa de conocer a la muchacha de la que se había enamorado Adela.

Se llamaba Brenda. Era bastante flaquita, de cabello corto y carita angelical. Me causó buena impresión. Demostraba tener bastante inteligencia y si bien no era del grupo de mis seguidoras era evidente que tenia los temas de la vida bien claros. Iba a estudiar arquitectura, pero no por seguir a Adela. Era una decisión anterior. No se tragaba el discurso feminista y pensaba que un lugar en un trabajo se consigue con mérito y no por cupo. Como colorario me confesó que sus padres ya estaban al tanto de su orientación sexual.

Al menos no voy a tener problemas con otra familia, pensé. y después de aconsejarlas salí al estacionamiento a buscar mi auto.

 

13 Un encuentro impensable.

 Caminé con las llaves en la mano hasta el auto. Iba haciendo sonar mis tacos en el pavimento, porque hay veces que me gusta llamar la atención, aunque sea para obligar a alguien, hombre o mujer, a darse vuelta a verme.

Pero el sitio estaba casi vacío incluso en las mesas al aire libre. Llegué a mi vehículo. Cuando iba a poner la llave en la cerradura se detuvo un auto paralelo al mío y a muy poca distancia. Me di vuelta por curiosidad y vi a la conductora. La más hermosa morocha que hay en la Argentina.

¡No podía creerlo! ¡Allí a pocos centímetros de mi estaba la Gaby Sabatini estacionado su auto!

No puedo perderme esta oportunidad así no me dé bolilla, pensé. y llevada por el impulso le golpeé el vidrio de la ventanilla. Ella me miro ¡me miró! Y su boca se abrió en una enorme sonrisa. ¡Dios, mataría por esa sonrisa!

Bajó el vidrio y acercó su rostro a la ventanilla. Justo cuando yo iba a decirle cuanto la admiro (en realidad es a la única persona famosa argentina que admiro) ella volvió a sonreír y dijo.

-¿Alexia Montes?-

¡Increíble! ¡Yo iba a manifestarle un elogio, pensado que a su lado soy nadie y ella me reconoce!

-Si, claro- Respondí abrumada

Ella bajó del auto, se acercó a mí y extendiendo los brazos me rodeó con ellos en un abrazo que casi me ahoga y dijo sin soltarme.

-Me he leído todos tus libros-

-¡Bárbaro! Pero al menos déjame decirte que te amo. Amo como sos, en la cancha y fuera de ella. Sos la única argentina que amo de esta manera, tu personalidad, tu seriedad y tu risa-

Ella rio con ganas. Algunas personas que iban a sus autos nos vieron y la reconocieron, supongo que a ella sola y se habrán preguntado quien era yo, pero el hecho era que la Gaby no me soltaba como para hacerles pensar cualquier cosa. Sentí varios celulares apuntándonos.

Cuando me solté seguimos charlando.

-No te hacia comiendo comida chatarra- Le dije sin saber de qué hablar.

-Ja, Ja, No. Vengo a acompañar unos amigos, solo tomaré un café y una medialuna-

-Igual yo. Vine a charlar con dos amigas y lo único que hago es tomar café-

-Estás esplendida- Me elogió.

-Si hablamos de estar esplendida vos sos un monumento. Siempre tan hermosa- respondí.

Se rio nuevamente.

-¿Nos sacamos unas selfis?- Preguntó

-¡Si, dale!-

Y allí nos sacamos varias auto fotos y hasta le pedimos a un empleado del Mc Donalds que nos sacar un par.

Luego hicimos un intercambio de números de celular. A nuestro lado otras personas nos observaban, seguramente porque se había corrido la voz de que la Gaby estaba allí.

Saqué una libreta de anotaciones que siempre llevo conmigo y le pedí un autógrafo. Después que firmó metió la mano por la ventanilla y sacó un bolso. Del bolso extrajo nada menos que mi libro sobre Mei y Yuzu y me dijo.

-¿Me lo firmas?-

Y le firmé con una dedicatoria.

-¿Sabes que en Japón ya están pasando un anime con esta historia?-

-¡No me digas! ¿El título es el mismo?-

-Si-

-¡Lo voy a buscar!-

Y así, después de una despedida que parecía no terminar más ella me dijo.

-Te admiro-

-Muñeca, eso es lo que me corresponde decir a mi-

-No seas modesta. Sabes lo fuerte que pegas en la comunidad. Mi novia también se leyó todos tus libros-

Y saludándome con el brazo extendido se alejó para entrar en el local. Yo me quedé apabullada, sin reaccionar todavía, apoyada sobre mi auto y pensando que todo había sido un sueño. Mire la galería de fotos del celular para comprobar que era cierto. Lo siguiente que hice fue compartir un par de fotos con todas mis amistades.

“Para que se mueran de envidia” escribí como epígrafe.

Esa tarde cuando Marga y Keiko llegaron a casa se encontraron que yo ya había impreso en tamaño bastante grande una de las fotos en la estaba con la Gaby, ambas rodeando la cintura de la otra. Hasta tuve tiempo de aprovechar un marco que tenía, de modo que la enmarqué y la colgué en una de las paredes de mi estudio.

-No puedo creerlo, que tengas tanto culo (suerte)- Dijo Keiko.

-Hay personas que están predestinadas- Contesté haciéndome la importante.

Marga había ido hasta la cocina para hacer el mate. Cuando volvió dijo.

-Keiko, vos y yo, Paula, Emilia, ahora Adela y su novia…-

-Brenda-

-Eso, Brenda y además la Gaby. Esto está pareciendo una confitería. Cada vez hay más tortas (lesbianas)-

-Y, un día seremos mayoría- Agregó Keiko.

-Ja, ¿te imaginas?- Un mundo donde todos los varones sean gay y todas las mujeres tortas?- Manifestó Marga.

-Sería un mundo feliz, eso sí, no duraría mucho, pero ya no habría mas casamientos que son la fuente de todas las discordias- Dije.

-Un mundo sin suegras, sin cuñadas y sin chicos corriendo por ahí y haciendo ruido- Soñaba despierta Marga.

-En definitiva, ¿así que la Gaby te abrazó y no te soltaba- Dijo Marga cambiando de tema.

-¿Y cómo te quedaste?- Preguntó Keiko.

-Mojada- Respondí- Toda mojada-

 

 

 

14 Haciendo break

 Una mañana, después que mis novias marcharan a sus trabajos, en lugar de la habitual tomada de mate en mi estudio y trabajo frente a la computadora decidí llenar un termo con agua caliente y cargar el mate con la yerba y el edulcorante en un bolso y me fui a la plaza del barrio. No llevé el celular y si quería sacar alguna foto me puse la vieja cámara digital que había recargado, después de muchos años de no usarla, en un estuche que me colgué del cuello.

Quería tener un momento de paz. La plaza tiene grandes arboledas en donde es agradable protegerse del calor del sol de verano y rincones tranquilos lejos del sector donde juegan los chicos. Todavía conserva esos amplios y largos bancos de listones de madera que tiene la forma de una letra “ese”, donde una se puede acomodar en la posición que lo desea.

No llevé libros. No quería fijar la atención en nada. Y para poder escuchar algo de música rescaté también un viejo pasacasete que había sido de mi padre, con una casete de música clásica. Buscaba regresar a años atrás cuando no existían los malditos celulares ni la internet. Vivimos en un mundo en que no podemos sustraernos de ellos porque, si no, quedaríamos desconectados, pero juro que me aislaría totalmente si pudiera.

Allí estaba yo disfrutando del ruido cotidiano que no era el fragoroso de las ciudades sino el de alguna risa infantil, el ladrido ocasional de un perro o el murmullo de las hojas movidas por el viento. A una distancia no muy lejana observé a varias señoras de diferentes edades que se agrupaban bajo una de las glorietas y extendiendo colchonetas en el suelo que se acomodaban para lo que parecía una sesión de yoga.

Cada uno se las arregla como puede o quiere, pensé y volví a mi música. Y a mí OMMMMMM… personal. Debí estar muy concentrada pues no vi que de un costado apareció una mujer, de unos cuarenta años, bastante interesante para su edad, enfundada en una remera bastante ajustada y una calza que no dejaba nada para la adivinanza.

-¡Hola vecina!- Me saludó con énfasis.

Necesité un segundo para ubicar quien era, pues, a pesar de que vive a dos cuadras de mi casa no habíamos intercambiado más que un ocasional saludo de vez en cuando.

-Hola- Dije tratando de parecer amable.

-Es la primera vez que te veo por la plaza. Supongo que estarás muy ocupada, pero ¿no te gustaría unirte a nosotras para hacer un poco de meditación?-

-Bueno. Ahora estaba meditando…eso creo- Respondí tratando, al mismo tiempo, tratarla con amabilidad y haciéndole ver que no tenía ganas de una charla.

Dio dos pasos como yendo hacia el grupo de mujeres, saludó a una de ellas desde la distancia y dándose vuelta hacia mí, dijo.

-Amo tus libros…-

-¡Uy Dios! Otra torta- Pensé

-…me ayudaron mucho para comprender lo que le pasa a mi hijo- Terminó de decir

Ah, pensé. Así que la cosa viene por ahí.-

-Si, porque mi Javier estuvo muy confundido, pero ahora está encontrándose a sí mismo y aceptándose-

Gay, seguro. Seguía mi pensamiento. Y de pronto recapacité en el nombre que me había dicho. ¿Dónde lo había escuchado antes? Bueno, uno diría en cualquier parte, después de todo es un nombre bastante común. Pero, no. Lo había escuchado no mucho tiempo atrás a alguien conocido.

Todavía seguía tratando de saber dónde me mencionaron un Javier, y en tanto ella me saludó amablemente y se fue.

-¡Estas invitada!- Me gritó desde lejos.

Hice un gesto de saludo con mi mano derecha y volví a mi OMMMMMM…

Y, de golpe, se conectaron las neuronas y recordé quien era Javier. ¡El ex novio de Adela! Vaya, que chico es el mundo, pensé.

Me acomodé en el banco de la plaza, estiré las piernas, me serví un par de mates y seguí escuchando música. Aproveché a sacarle fotos a unas flores, luego a dos perritos salchichas que se me acercaron a olerme los pies y que jugaron conmigo hasta que la dueña vino a buscarlos.

-Disculpe si la están molestando- Se disculpó.

-No es molestia- Respondí.

Ella, tomado un perro en cada mano me miró y dijo.

-¡Ah! ¡Pero si usted es la vecina famosa! ¡Nunca la había visto por la plaza!-

-¿Famosa?- Manifesté.

-Si, claro, usted es la escritora. Hermosos sus libros-

Bueno, voy a tener que venir mas seguidos a la plaza para que alguien me elogie.

-¿Sabe?...- Me preguntó mientras se sentaba en el otro extremo del banco todavía con sus perros en las manos.

-…sus libros han inspirado a mi hija-

Bueno, otra mas, pensé.

-Mi hija tenía muchas dudas acerca de su sexualidad, pero sus libros fueron un bálsamo para su ánimo-

-Me alegra que le haya servido- Dije.

-Si, y ahora está muy enamorada de una compañera de estudios-

-¡No me diga!- Exclamé exagerando un gesto de sorpresa.

-Si, y ¿sabe? Yo siempre apoyé a mi hija, pero más tranquila me quedé que su primer amor fuera con una chica que concurre a sus charlas-

Levanté la cabeza y la miré entrecerrando los ojos. Ella se sorprendió de mi gesto y me miró sin saber que decir.

-De manera que usted es…- E hice una pausa.

-…la mamá de Brenda-

Abrió los ojos como platos.

-¿Cómo se dio cuenta?-

-Señora, según parece me he convertido en el ángel guardián de unas cuantas chicas que han decidido explorar variantes de la sexualidad y créame…lo sé todo-

La mujer depositó los perros sobre el piso de ladrillo molido y me tomó las manos.

-Es cierto, usted es un ángel-

-Gracias- Respondí mientras desde lo lejos miraba a la madre de Javier y su clase de yoga

 

 

15 Redondeando el libro

 Fui varias mañanas a la plaza con mi mate y mi cámara de fotos. Solo estaba un rato pues el fresco de la mañana que parecía perdurar un rato más que en las calles adyacentes gracias a la densa arboleda, estaba desapareciendo y el clima estaba pesado antes de salir el sol.

En definitiva, que era mejor estar en casa, con el aire acondicionado y solo en corpiño y bombacha, lo cual era mucho más cómodo. Y lo idílico de los bancos de madera ya comenzaba a hacer doler mi espalda por lo que resultaba preferible mi mullido sillón del estudio.

En las mañanas que aún estaba yendo veía a la mamá de Javier y su grupo de amantes del yoga. Camino al sitio donde se encontraban pasaba a mi lado, me preguntaba cómo me iba, decía alguna pavada sobre el clima y se iba. A la madre de Brenda no la veía, pero a sus perritos salchicha sí. Iban casi arrastrados entre otros congéneres de patas mucho más largas llevados por un pasea perros.

El día en que decidí abandonar mi visita a la plaza estaba sacando fotos de unos extraños monumentos que parecen ruinas romanas y de las cuales ignoro el sentido que tienen en ese sitio. Pasó a mi lado una de las compañeras de yoga de la mamá de Javier.

-¡Ah! ¿Usted es Alexia Montes? Si, claro. Vemos cuando nuestra profesora la saluda siempre. Ella dice que es su amiga-

-Si, supongo-

-Por eso no quería dejar de contarle que nuestra profesora no viene hoy por que fue a ver a su hijo al hospital-

-¿Al hospital? ¿Por qué?-

-Porque lo agredió una patota a la salida del colegio. Por gay ¿Sabe?-

Si, claro que lo sé y lo tenía olvidado. Hacia rato que había anestesiado mi mente creyendo, aunque en mis discursos expresara lo contrario, que todo estaba mejor para las personas homosexuales. Fue como un baldazo de agua fría. Un golpe de realidad.

-¿Esta grave?-

-No, según parece pasaban dos policías en moto patrullando y vieron la agresión. Detuvieron a tres de los patoteros, pero, usted sabe, los largaran en unas horas-

-Si. Y volverán a hacer lo mismo- Respondí en voz baja.

-Siento haberle dado esa noticia. Disculpe, buen día-

Y se marchó. Y yo me quedé con el alma envenenada.

No fue ese el motivo, pero como dije ya no tenía ganas de regresar a la plaza. De modo que los días siguientes recuperé la velocidad de escritura y continué con mi libro sobre una nueva manera de ver la historia política de nuestro pobre país.

Carlos Romero, el periodista que trabajaba conmigo en la búsqueda de material en los archivos, ya estaba impaciente de que le mostrara algo de lo que había escrito, por lo que cuando venía a casa a traerme información yo le leía algunos párrafos y el asentía con entusiasmo. Mi editor también estaba impaciente, pero por razones económicas. No es porque le fuera mal. No sé con otros autores, pero yo le estaba dando la posibilidad de jugosas ganancias.

De manera que seguí en el camino creativo, y sobre todo porque ya no me llamaban tantas veces de radios y canales de televisión para hacerme notas. Esto sucedía pocas veces ahora, pero pude comprobar que algunos políticos deleznables del gobierno ya estaban criticándome por las redes.

Cuando un periodista de un medio opositor me preguntó si yo hacía algún caso a esos comentarios despectivos sobre mí yo simplemente contestaba

-No soy una persona importante como para hacerle perder el tiempo a nadie para criticarme. Si alguien se toma ese trabajo demuestra que tampoco es alguien importante-

Ni mencionar que esas situaciones aumentaban las futuras ventas.

Finalmente, en medio de tantas notas, informes e inicios de manuscritos, me reuní con mi amigo periodista y le planteé que estaba en la necesidad de atacar solo un punto. Que tanta información me había excedido y que si escribía sobre algo debía ser algo muy potente y que siendo poco me diera la posibilidad de escarbar hasta el hueso.

-Lo bueno, si breve, dos veces bueno- Dijo él.

Y me concentré en mi tema favorito, la lacra de este país, el peronismo y todas sus metástasis posteriores y actuales. De modo que comencé desarrollando la manera espuria en que llegó Perón al poder manipulando las masas con dinero desde la secretaria de Trabajo de un gobierno militar golpista. Recordé que Perón también había participado de otro golpe militar en 1930 contra el radical Yrigoyen. Manifesté la encendida ideológica fascista aprendida de Mussolini en el tiempo en que había sido agregado militar en Roma. Luego como armó el 17 de octubre para llegar al poder haciéndole creer a sus seguidores ignorantes que había estado preso en la Isla Martin García. Y luego todo lo que rodeó sus gobiernos. La riqueza acumulada por su esposa Eva, que odiaba a los oligarcas por puro resentida pero que se llenabas de joyas y vestidos lujosos, y la llamaban la “abanderada de los humildes”. Los humildes que estaban contentos por recibir una sidra y un pan dulce para las fiestas. Los presos políticos, los jefes de manzanas que controlaban a todo el mundo como en lo peor de las dictaduras bolcheviques. La corrupción de su cuñado Juan Duarte. Los delirios de la fusión atómica, la ayuda a lideres nazis escapados de Europa. La compra espuria de los ferrocarriles a los ingleses pagándolos más de lo que los propios ingleses esperaban, el comienzo de la inflación que jamás nos abandonó, la violencia verbal azuzando a sus seguidores dar leña y a quemar iglesias. La corrupción de menores en la quinta Presidencial una vez muerta Evita, la decadencia total de un país. Arrastrar cientos de inocentes para defenderlo y que murieron en el bombardeo de Plaza de Mayo La huida cobarde. Y la buena vida que se daba en Madrid con todo lo que se robó de la Argentina.

Prohijó a delincuentes macabros como el brujo López Rega y a imbéciles como Cámpora que lo único que había hecho en su vida era ir de copas a los cabarets con Juan Duarte. Y su maldito regreso. La organización de un terrorismo de estado para eliminar opositores. La creación de los grupos armado terroristas Montoneros. La vuelta de la violencia, los crímenes políticos y finalmente su muerte. Mi padre contaba que aquel día de 1974 salió a festejar pensando que una vez muerto el perro se acabaría la rabia. Pero que equivocados que estaban. El peronismo es para algunos ignorantes la esperanza, nunca cumplida de un tiempo mejor. El peronismo posterior, también se llenó de corruptos, ladrones, amorales, violentos y advenedizos, pasamos por Menem que hizo volar un pueblo entero para ocultar que había vendido armas a dos países enfrentados y de los cuales debía ser garante de paz, que se vanagloriaba montado en un auto italiano producto de una coima, que creo la farsa del 1 a 1 con el dólar que cualquiera que tuviera dos dedos de frente sabía que un día iba a explotar. Y después también tuvimos a Duhalde que le hizo un golpe económico al radicalismo de De La Rua y por último nos trajo a la peor lacra, la actual, los corruptos de Santa Cruz que venían de fundir a su provincia de donde se habían robado las regalías petroleras, donde se había hecho millonarios estafando gente gracias a una ley de financiación. Donde acabaron con las instituciones locales de justicia y legislativas. Y se la pasaron escondido debajo de la cama durante la dictadura militar para luego aparecer como militantes de los derechos humanos. Y nos trajeron el odio, la intolerancia, la delincuencia, el apoyo a los violentos, a los narcos y a los delincuentes. Crearon la dependencia perfecta con dinero a millones de personas que ni fueron al colegio, ni trabajan, ni lo van a hacer nunca y si alguien les saca sus subsidios pueden terminar muriendo como una tortuga dada vuelta sin hacer el menor esfuerzo por volver sobre sus pies. Generaciones perdidas para siempre en un país que atrasa cada vez mas, volviendo a aquellas nefastas épocas de la guerra civil entre unitarios y federales. El asesinato de un fiscal de la Nación, admiración por las dictaduras mas vergonzosas de América Latina, un tratado con Irán que es traición a la patria, una pandemia mal manejada, robo de vacunas para sus allegados, fiestas privadas cuando regia la cuarentena, y corrupción por donde se mire, al punto que la vicepresidenta ya fue condenada por defraudación al estado. El peronismo fue tan funcional a tanta mierda que hasta fueron ellos los culpables de los golpes militares que tanta desgracia nos trajeron.

El libro hablaba de todo eso y mucho mas. Con datos concretos e irrefutables. Cuando lo terminamos se lo envié a mi editor para la prueba de galera. En el mail de respuesta me mando un emoji que representaba una lengua de fuego.

“Así vas a incendiar todo, yo te sigo” Decía en su contestación.

Y el libro se editó en tiempo récord, compartí la autoría con mi amigo periodista. No fue para zafar de las críticas, pero él había trabajado mucho y era justo que tuviera su reconocimiento. Las ventas explotaban y se hizo necesaria una presentación, no tanto para hacerlo conocer sino para establecer una comunicación con el lector. Estuve de acuerdo.

Previamente hice un desfile por algunos de los canales y radios opositoras al gobierno. Me hicieron gran cantidad de notas y en todas ellas reafirme mi postura política de no seguir a ningún líder ya que me consideraba totalmente independiente de toda ideología y de todo personalismo por más carismático que fuera.

-El problema es que ustedes hablan para aquellos que quieren oír lo que ustedes dicen. Igual hacen los periodistas chupamedias del poder, le hablan a su propio público. Y los políticos igual. O sea, hay una mitad que no tierne idea de lo que dice la otra mitad. Habría que pensar si no sería mejor dividir el país en dos partes y que cada una se arregle con su gente y como pueda-

Esa declaración mía trajo más ruido de lo que esperaba. Pero eso me gustaba. Desafiar a todos. Pros y contras. Lo único que permanecía incólume en mí era el odio visceral que me produce el peronismo.

Y llegó el día de la presentación.

 

 

16 Todo se acelera

Hubo que cambiar un par de veces el lugar para hacer la presentación. No era por problemas sino por todo lo contrario. Cada vez más gente se anotaba para presenciarla. Todo parecía indicar que terminaría siendo lo más parecido a un acto político. De todas maneras, tuve la rapidez de reflejos para ordenar que fueran desestimadas todas las inscripciones de políticos, sobre todo los de más renombre. Por supuesto que los oficialistas sabían que no debían asomar sus cabezas de termo, pero también quería evitar que ninguna organización de la oposición pretendiera copar el acto.

Finalmente se realizó en un teatro de la Avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires. Desde temprano la vereda estaba llena de gente esperando entrar. Los últimos acontecimientos habían sensibilizado a la gente y ni un triunfo de la selección en el Mundial de Qatar los sacaba de sus problemas. Allí estaban esperando, no sé qué. Yo era la primer sorprendida de tanta repercusión. Cuando mi editor habló de una presentación pensé en lo que ocurre siempre, unas veinte o treinta personas escuchando en silencio, algunas preguntas, nada comprometidas, saludos, un lunch y a otra cosa.

Cuando llegué al teatro me saludaron como a una estrella de rock. Marga y Keiko, casi como fieles guardaespaldas, entraron conmigo mientras comentaban lo asombradas que estaban ellas también.

Traté de no demorarme en el inicio a la hora indicada para no predisponer mal a las fieras y en el momento preciso me senté tras la larga mesa dispuesta en el escenario. El primero que habló fue mi editor quien hizo una semblanza del libro muy a vuelo de pájaro porque quería dejarme el resto de la descripción a mí.

Cuando tomé el micrófono estalló un sonoro aplauso.

-Señoras, señores. En primer lugar, debo confesarles que nunca preví esta demostración. Cuando uno presenta un libro todo suele más íntimo y tranquilo. Me temo que ustedes tengan alguna expectativa respecto a mí que no estoy a la altura de responder. Quienes han visto las notas que me han hecho en la televisión o conocen mis ideas de mis escritos saben muy bien que no aspiro a ningún cargo político, ni en los partidos o coaliciones existentes ni en otras a crear. Soy un ave de paso que escribió un libro acerca del mayor mal que ha sufrido nuestro pueblo desde hace 77 años y que gobernó la mayor parte de ellos para nuestra desgracia. Yo solo soy un tábano que pica para despertar conciencias. Ustedes deben…repito ¡ustedes deben ser quienes impidan a toda esta lacra que vuelva al poder por siempre!-

Aplausos mediante continué.

-Probablemente piensen que no hay políticos capaces de luchar contra este flagelo. Y tal vez tengan razón. Por eso es tan importante que ustedes respalden a quienes consideran más capaces. Apóyenlos. Los años venideros serán muy duros. Desarmar el populismo barato va a ser muy difícil y requerirá cirugía mayor. Algunos me dirán que ya han sufrido bastante, pero hay una gran diferencia entre sufrir para seguir igual o peor y sufrir con una esperanza. Los violentos, los vagos, los narcos, los sindicalistas millonarios, los políticos corruptos, las mafias de los planes, han copado todo, han arruinado este país. Hay que eliminarlos, de raíz y primero ustedes deben votar a quienes crean que pueden hacerlo y luego acompañarlos. ¡No soy yo, ni todos ustedes que se acercaron hasta aquí, afuera hay por lo menos medio país que esta consciente!-

Y así seguí. Debo confesar que el entusiasmo me aceleraba. Estaba como poseída, pero me cuidaba muy bien que decir. No quería que, por ninguna razón, creyeran que me esta postulando para algo. Cuando al fin decidí terminar el discurso. Les leí el prólogo del libro como idea de lo que podían encontrar dentro del texto. Estaba con la miraba baja sobre mi ejemplar cuando Marga, a mi lado, me tocó el brazo. Levanté la vista y pude ver, con la vista nublada por las lágrimas que casi la totalidad del público tenia el libro levantado en su mano derecha.

-No sé para que estoy leyendo- Dije lo que me permitía la emoción.

Y volvió el aplauso.

Entonces pregunté si habían sido seleccionadas algunas personas para hacer preguntas porque no deseaba convertir el salón en una anarquía. Por suerte mi editor ya había previsto eso y tenia elegidas a varias que ubicó en la primera fila. Una chica de la organización les acercaba el micrófono.

Las preguntas no fueron ninguna maravilla de pensamiento, pero no era esa la cuestión. La idea era hacer participar a la gente para que no se sintieran una manada manejada generando actos reflejos. Contesté todas con mi mayor predisposición y me tomé el tiempo necesario e incluso permití repreguntas.

Todo marchaba con tranquilidad. En un momento me atravesó una rara sensación de poder y me pregunté si no es eso los que les pasa a los malditos políticos cuando se creen omnipotentes. Es algo muy tentador que si uno no tiene control sobre sus pensamientos puede llegar a creerse el elegido. Los vítores de las multitudes son adictivos.

Terminado el acto y mientras la multitud se estaba dispersando salí a la calle. La idea era ir a Guerrini a comer una pizza. Transitaba con mis novias por la amplia vereda de la avenida Corrientes cuando se detuvo un auto y bajaron cuatro individuos que nos cortaron el paso. Su gesto era evidente. Querían intimidarnos.

-¿Se les ofrece algo?- Pregunté mientras tanteaba mi pistola en la sobaquera bajo la camperita.

Ellos no notaron el gesto pues eso era lo que menos esperaba que hiciera.

-Estas hablando mucho, torta- Dijo uno de ellos que pensó que llamarme torta iba a ofenderme.

-¿Y que vas a hacer al respecto?-

Como respuesta se acercaron mas. El público que circulaba se había detenido y miraba.

-Hay mucha gente mirando- Dije

-No nos importa-

-Pues a mi si porque voy a hacer esto- Dije en voz alta y saqué mi enorme pistola apuntándolos con el brazo extendido

Se produjo un gran desbande. Los tipos retrocedieron.

-¿Se van?- Pregunté

No respondieron. Pero mientras se subían al auto los seguí y le dije.

-Si piensan mandar más gente vayan avisándoles que yo la segunda vez tiro sin avisar-

Huyeron a toda velocidad. La gente seguía asombrada. Me guardé la pistola, tomé del brazo a mis novias y les dije.

-Vamos a comer esa pizza-

La noche cerró con un enorme aplauso de todos los presentes.



17 Continua la aceleración

 El episodio a la salida de la presentación del libro no me preocupó demasiado. Al menos estaba advertidos que yo no jugaba. Pero, a pesar de todo, volvió a mí el deseo de irme del país. Y no era miedo. Era hartazgo. ¿Para que seguir viviendo en medio de esta mierda si podría irme adonde quisiera? El tema era que no estaba sola y eso hacia que le diera y le diera vueltas a mi cabeza.

A lo que estaba decidida era a tomarme un largo descanso. Nada de notas periodísticas, nada de escribir en los diarios, nada de conciertos de órgano ni nuevas presentaciones de libros y mucho menos exposiciones de arte. Cuando mis novias se iban a sus trabajos yo me acomodaba en mi estudio y tocaba el órgano componiendo, o tratando, nuevas canciones. Pintaba solo por el placer de pintar y así pasaba las horas. Ni siquiera iba al supermercado a hacer las compras, prefería pedirlo por delivery.

Todo parecía haber entrado en un mar calmo y sin brisa cuando un día llegó Keiko con la novedad.

Debido a las restricciones del gobierno para importar insumos habían logrado reemplazar esos componentes por nacionales pero la PYME que los abastecía en otros rubros estaba perdiendo clientes e iba a cerrar. Volvía a depender de la importación y eso era un gran problema sumado a que también tenían restricciones para exportar. Keiko lo consultó con su padre. El padre hizo algunos llamados y luego regresó con la única solución que le parecía posible. Irse a otro país.

-¿Dónde?- Preguntamos ansiosas Marga y yo.

-Uruguay-

Hubo un respiro de alivio. Yo me quedé pensando. Marga me miró.

-¿What?-

La miré.

-Yo me mudaría, ¿vos?-

-Supongo que podría. Mi patrón tiene varias obras en Montevideo y Punta del Este. Yo lo acompaño cada vez que vamos a recorrerlas, pero andamos a las corridas siempre teniendo que volver en el día…-

-Que abra una oficina allá y vos la dirigís- Manifesté

-¡Wow!- Que fácil que resolves las cosas- Exclamó Marga.

-La cosa es sencilla. Hay que mudar tres casas y una fábrica. Primero ¿Entre sus obras Castaño no tiene algo en un barrio cerrado?-

-Si, en Maldonado, a pasos de Punta-

-Si le canjeamos estas casas por aquellas ¿Cómo ves el negocio?-

-Desconozco los valores-

-No va a perder, en estos terrenos puede construir varios dúplex-

-Si, tal vez-

-Entonces tantéalo-

Y dirigiéndome a Keiko le dije

-¿Tu padre ya tiene la decisión tomada?-

-El sí, pero mañana va a hablar con el personal-

-Ah, claro. ¿Y vos que pensas que les va a decir?

-Que se los va a querer llevar a todos, les va a ofrecer unos departamentos que ya estuvo viendo en Punta del Este-

-Tu viejo es único-

-Si-

Entonces tenemos que ver que sucede mañana. Cuando ustedes traigan las novedades comenzamos a organizar el Operativo Mudanza-

Esa noche no pude dormir. Estaba ansiosa por las novedades del día siguiente. A la mañana se fueron mis novias a sus trabajos y yo me quede viendo películas de ciencia ficción de los 50 solo para matar el tiempo. Por suerte tanto Marga como Keiko me llamaron apenas supieron que se podía hacer. El señor Yamura había convencido al personal a seguirlo hasta el fin del mundo y a Castaño le pareció una idea genial lo de abrir una oficina y poner a Marga al frente. Estaría acompañada por una pareja de arquitectos uruguayos. Y el intercambio de propiedades le pareció apropiado, pero prefería que viéramos las casas de Maldonado antes de decidir. Yo no cabía en mí de la alegría. Eso resolvía todos los problemas. Poder irnos de este fracaso de república y sin irnos tan lejos seguir todas juntas y con mas esperanzas de trabajo. También el señor Yamura estaría organizando su propia mudanza.

En un día organice un viaje a Uruguay para ver las casas en el fin de semana. Tomamos un avión directo al Aeropuerto de Punta y de allí alquilamos un auto hasta Maldonado lo que implicaba pocos minutos de viaje.

Las tres viviendas habían sido refaccionadas por el Arq. Castaño para la venta y estaba ubicadas una al lado de la otra, dos eran de techo plano y la tercera un chalet con techo de tejas. Solo una de las casas tenia pileta, pero eso era lo de menos. El barrio se llamaba Pinares y estaba solo a dos cuadras de la playa La Mansa. No había cercos ni rejas.

-No son necesarios- Nos aclaró el señor que nos guió.

La calle sobre la que estaban se llamaba Altar y los parques circundantes eran enormes comparados con nuestros jardines que tampoco eran modestos de tamaño.

Para ser justas nos sorteamos las casas. De nuevo quedé yo en el medio y mis novias a los costados. Marga dijo que se iba a encargar de todo el tema de las escrituras y los registros de propiedad.

Luego pasamos por los departamentos que había visto el señor Yamura. Supimos en ese momento que él se había elegido un departamento para sí mismo y por supuesto su esposa, en el mismo edificio. Estos estaban ubicados frente a la playa La Brava y casi en la desembocadura de la Barra del Maldonado con una vista excepcional hacia el mar. Unos doscientos metros tierra adentro había encontrado un edificio ideal para la empresa, autosustentable.

En este caso también Marga se encargaría de todo lo referente a los trámites burocráticos pues ella es la experta. Terminamos el día en el estudio de la pareja de arquitectos que se asociaron con Castaño situado en la avenida Italia y frente a la Plaza Méjico. Al otro día regresamos a Buenos Aires.

El operativo comenzó de inmediato. Dividimos las tareas. Marga estaría ocupada con todos los tramites. Keiko se ocuparía de la mudanza de la empresa y su personal y yo de las tres casas, tanto como para enviar los trastos desde Buenos Aires como de acondicionar cualquier problema que se presentara en las nuevas viviendas. Y el señor Yamura se ocuparía de su propia mudanza

 

18 ¡Por fin!

 Nos llevó un mes completo la mudanza. De mas esta decir que por momentos se convirtió en un caos. Viajes de ida y vuelta, inclusive varios por semana. Cinco camiones semirremolque llenos de toda clase de cosas de las tres casas. Otros cinco para mudar máquinas y papelería de la empresa de Yamura, un camión mas para los muebles de Yamura y diez camiones con las pertenecías de todos sus empleados.

Desarmar todo en Buenos Aires y rearmar todo en Uruguay. En alguna ocasión los camioneros equivocaron la dirección, pero afortunadamente yo tenía cada vehículo clasificado y los mandaba de inmediato a su destino. La señora Azumi y yo ordenamos todos los muebles de las tres casas en base a unos planos que previamente había dibujado y sometido a la opinión de mis novias. El caso es que quedé absolutamente agotada y temía que a la señora Azumi le pasara algo por semejante esfuerzo, pero sobrevivimos. En el medio todos hicimos nuestros respectivos cambios de domicilio y pasaportes nuevos, trámites ante los organismos de recaudación y jubilación, pasaje de dinero a bancos uruguayos. En fin, todo un gigantesco movimiento que parecía no terminar nunca.

Pero pasado ese loco mes. Por fin, un día nos tiramos Marga, Keiko, el señor Yamura, su esposa, el Arq. Castaño, la señora Azumi y yo en un gran sillón de mi living y los convidé con jugo de naranja frio. Parecía mentira que estábamos instalados en otro país. Como así, lo siguiente, una vez que obtuvimos la red de Internet y teléfonos ponerme en comunicación con todos nuestros amigos de Japón.

Nadie podía creer lo que les contamos. Se sentían felices. También me llamó el señor Aihara, el abuelo de Mei.

-Me han dicho que dio el gran paso. La felicito-

-Alguna vez tenía que ser-

-¿Esta satisfecha?-

-Totalmente. Lo que me faltaba para ser feliz-

-Y no se olvide que también la esperamos por aquí-

Por supuesto, nadie me iba a quitar los viajes al primer mundo.

De a poco fuimos entrando en las nuevas rutinas. Marga y Keiko partían temprano a sus trabajos. Yo me quedaba escribiendo, pintando o tocando música y cuando ellas regresaban nos quedábamos tomando mate en el jardín si el clima lo ameritaba. Es decir, no había muchos cambios. El tema era la tranquilidad. La vida más lenta y reposada. Mientras me quedaba sola aprovechaba para recorrer galerías de arte, centros culturales o cualquier entidad que tuviera que ver con libros y pinturas. En todas partes era bien recibida, me admiraban, no solo por mi actividad literaria sino también por mi actitud hacia el gobierno argentino.

A pocas semanas de habernos mudado ya tenía una invitación en la casa de gobierno para una audiencia con el presidente de Uruguay. No lo podía creer, sobre todo no habiéndola pedido. De manera que allá fuimos las tres, a Montevideo.

El señor Lacalle Pou es todo un caballero. Nos recibió en su despacho muy atentamente. debimos esperar una sesión de fotos para los medios de Uruguay y luego una vez a solas con el conversamos de toda clase de temas. Se manifestó como un asiduo lector de mis libros y admirador de mi posición política.

-Espero que no piense lo mismo de nuestros políticos- Dijo sonriendo.

-Créame que no lo hago. Cuando hablo de políticos lo hago sobre los argentinos a los que conozco bien. De ustedes tengo otra opinión… y no lo digo porque estamos aquí-

-Si, le creo. Una de las razones por la que aquí la admiramos es porque dice lo que piensa y piensa lo que dice. Porque es veraz-

Luego de media hora estrechamos nuestras manos y se terminó la reunión.

-La volveremos a ver. Espero que engalane nuestras movidas culturales-

-Si me dejan…-

-No dejaran de lloverle invitaciones-

Y subiéndonos a mi auto regresamos a Punta del Este. A nuestro nuevo rincón en el mundo.

-Sospecho que quiere utilizar tu fama para beneficio de Uruguay- Dijo Marga durante el viaje.

-Si, eso lo pensé, pero no me importa. Lo hubiera hecho con gusto en Argentina, pero no con esos monstruos que gobiernan ahora- Respondí.

Marga emprendió una serie de negocios inmobiliarios, junto a la pareja de arquitectos que le llevaron pingues ganancias al Arq. Castaño sobre todo por la creación de nuevas urbanizaciones en los alrededores de Punta del Este y Maldonado. Cierta vez que nos visitó el arquitecto me dijo.

-Usted es una genia. Nunca se me habría ocurrido abrir directamente una filial aquí. No estaba viendo el potencial, creía que era algo pasajero, pero esto no es solo otro país, es otro mundo-

-Yo no recuerdo haberle dado la idea- Respondí.

-No, claro. No personalmente, pero se lo propuso a Margas-

-Si, se lo propuse, pero suponía que era para que ella se lo manifestara a usted como idea suya-

-Ya ve usted la clase de personas con las que se rodea. Marga hubiera podido quedar bien, pero fue honesta y me dijo que era su idea-

Me quedé muda unos segundos y luego dije

-Bueno. Lo importante es que funcionó-

Por su lado Keiko ya se taba convirtiendo en la adoración de sus empleados. Al principio era respeto, pero ahora la querían tanto como a su padre. Un fin de semana hicieron un gran asado para todos en el conjunto de edificios donde viven. Ahí estuvimos invitadas Marga y yo y de paso recorrimos la nueva vivienda del señor Yamura. Un gran departamento con enormes ventanas y vista al mar. El lugar no podía ser mas perfecto. Decoración minimalista, todo blanco y pulcro, adornos de origen japones, grandes jarrones y tapices.

-Este es el lugar que soñaba para mi vejez- Me dijo mientras estábamos en el balcón aspirando la brisa marina y agregó:

-Y estoy feliz porque mi hija me ha relevado con éxito y también porque la tiene a usted y a Marga y también por algo impensado, vivir rodeado de toda esta gente que trabajó por mí y por ellos. No podía dejarlos allá librados a su suerte-

También visitamos la nueva planta. No tenía un gran tamaño, solo lo necesario, pero parecía, más que una factoría, un laboratorio. Pisos, paredes y muebles pulcros. Las oficinas con grandes ventanales que dejaban pasar, no solo la luz del sol sino la belleza del parque circundante. Hablé con varios empleados, la mayoría descendientes de japoneses. Respetuosos y trabajadores. No podía ser de otra manera.



19. Disfrutando del éxito

 En cuanto a mi es justo decir que no tenia demasiadas expectativas. Lo único que deseaba era seguir haciendo lo que hacía, pero en un ambiente más tranquilo. Mi contacto con mi editor no varió y no podía quejarme de mis ingresos pues las regalías de todos mis libros seguían dando leche, bastante leche.

Pero, como dijera el presidente, comenzaron a lloverme invitaciones a toda clase de eventos. Las librerías como “El Virrey” y “Letras y corcheas” pedían mas ejemplares de mis libros porque al parecer, el saber que yo era su nueva vecina hizo que todo el mundo en Punta del Este y alrededores quiera tenerlos en su biblioteca, lo que se acrecentó notablemente en la temporada veraniega.

A veces salía a caminar a La Mansa y de pronto me encontraba con locales y turistas que me paraban para pedirme que les firmara algo, lo que tuvieran a mano. Algunos me comentaban que todavía seguía siendo recordado aquel encuentro con los patoteros en la avenida Corrientes. Otros me preguntaban por qué me había ido.

-Agotaron mi paciencia- Respondía.

Con respecto a mis cuadros, galería de arte como “MAGG´S”, “La isla” o “Sur” se los disputaban, pero tuve que aclarar que no los vendía. De todas maneras, llegué a un arreglo por el cual podían vender reproducciones de buena calidad. En Sur me presentaron a un imprentero de Maldonado que se ofreció a hacer las reproducciones sin cobrarme un peso.

-Yo voy a ganar en lo que me encarguen las galerías. Y por lo que veo va a ser mucho- Me dijo guiñándome un ojo.

Y ganó bastante, pues pronto sus trabajos no solo estuvieron en las grandes galerías de la Punta sino también en Montevideo y otras ciudades importantes.

Pero el gran salto por el cual todo Uruguay se enteró de que yo andaba por ahí fue cuando me invitaron de Casa pueblo por mis tres actividades. Los libros, los cuadros y la música.

Yo recordaba haber visitado Casa pueblo cuando era una niña y haber visto a maestro Páez Vilaró en persona casi junto a mí. Me quede obnubilada por aquella imagen de venerable anciano que nunca olvidaré.

Y lo que nunca olvidaré fue la primera vez que pude ver la puesta del sol desde los balcones de Casa pueblo mientras sonaba la música. Ahora puedo verla desde La Mansa, todos los días, si quiero. Con solo caminar dos cuadras. En aquella primera vez terminé llorando de emoción siendo aún muy pequeñita.

El hecho era que la administración del lugar me ofreció una sala, generalmente destinada a noveles artistas para exponer mis obras durante un mes. Así que allí fui con una cantidad de mis obras y de reproducciones para que fueran vendidas. Lo segundo fue una serie de conciertos luego de que se pusiera el sol, en una de las terrazas con vista al mar con el sonido amplificado para que fuera escuchado en todo el complejo y lo tercero fue dar una serie de conferencias hablando sobre mis libros. Sobre todos ellos, lo que llevó bastante tiempo.

Estar en Casa pueblo me hace poner la piel de gallina y sobre todo cuando soy la protagonista. Como me queda cerca de casa suelo pasar a recorrer las incontables salas y quedar mirando el mar, o mejor dicho el rio, que en ese punto parece mar. Hasta esa suerte tienen los uruguayos.

Los conciertos de órgano en la casa de Paez Vilaró se repitieron varias veces y así fue como me escucharon los administradores del Casino de Punta del Este y también me invitaron a tocar.

En los tiempos libres me tomé el trabajo de mejorar la decoración de mi casa. Llevó bastante tiempo desembalar la gran cantidad de cajas con toda clase de objetos. Hice el trabajo ayudada por la señora Azumi que también se mudó con nosotras ya que el señor Yamura le obsequió un departamento en el edificio donde vive.

También hicimos el mismo trabajo en la casa de Marga y en la de Keiko. En esta ocasión trabajando juntas cuando ellas tenían su tiempo libre. Luego del trabajo nos sentábamos a tomar mate en el jardín. Un jardín que ahora era más común que en nuestras anteriores viviendas ya que no existían cercos ni medianeras a lo que, debo confesar, me llevó un tiempito acostumbrarme.

Habían pasado varias semanas desde que nos habíamos instalado cuando los vecinos del barrio nos hicieron una fiesta de bienvenida en los jardines. Fue una reunión informal donde cada uno iba vestido como quería. Al fin y al cabo, esto es Punta y la vida es otra cosa. Fue una experiencia alucinante. Entre los vecinos tenia lectores de todas las edades y de ambos sexos y todos se acercaron con algún libro mío para que se los firme.

Hubo palabras de buenos deseos e incluso, un señor dijo, excusándose primero de tratar el tema que no íbamos a sufrir ningún tipo de discriminación ya que era conocida nuestra orientación sexual. Aclaró que eso debía ser algo implícito, pero consideró que no estaba de mas mencionarlo.

-¿Nos morimos y no nos dimos cuenta y estamos en el paraíso?- Me preguntó Marga.

-Evidentemente estamos vivas y el paraíso no existe, pero no hay duda de que estaremos mucho mejor- Respondí.

Después supimos que el señor tenía un hijo gay.

Lo único que extrañaba de nuestro antiguo hogar eran las reuniones con la hija del Arq. Castaño y sus amigas por lo que organizamos un grupo de Zoom. Así supe que la relación de Paula con Emilia marchaba bien y que Adela estaba consolidando la suya con Brenda.

-No puedo creer lo que ha pasado- Me dijo una vez Castaño.

-Es la vida, tiene esas cosas- Fue mi única respuesta.

Y así nos fuimos acomodando. En otro país, pero al que igualmente sentimos como nuestro. Yo decidí no volver a involucrarme en opiniones políticas. No verbales al menos, pues siempre dejaba asomar por ahí algunas señas imperceptibles. Tuve más de una reunión con el presidente Lacalle Pou en su residencia, fuera del protocolo. Le encantaba hablar de mis libros y de mis impresiones sobre mis viajes a Japón y Europa.

También fui invitada a dar conferencias en reparticiones del gobierno e inclusive en centros culturales de la oposición. Aquí no hay grieta y juro que no la extraño.

Evidentemente este es el fin de una etapa. Pero eso significa que es el comienzo de otra. Seguramente el destino nos brindara sorpresas. Lo importante es que Marga, Keiko y yo seguimos mas juntas que nunca y rodeadas de nuestros afectos.

 

FIN…por ahora