Friday, July 28, 2017

"Volver a Paris" Capitulos 6, 7, 8, 9 y 10

Una llamada


Fernanda entró a mi oficina para avisarme que tenia una llamada de un señor que no se había identificado. Tomé el teléfono temiendo que se tratara de alguna mala noticia e inmediatamente reconocí la voz del padre de Susan.
Por un momento me tranquilicé pensando que era por algún nuevo trabajo de decoración pero no me duro mucho ese estado de ánimo al escucharlo.
-He realizado algunas investigaciones y se que mi hijo y usted han estudiado en la misma escuela y para la misma época, por lo que deduzco que realmente se conocieron y no me lo ha querido decir-
-Así es, usted lo deduce pero es una conclusión suya. Yo no tengo ni idea de quien es su hijo- Contesté con la voz mas tranquila y firme que pude.
-De todas maneras no la llamo para reprochárselo, lo que quiero decirle es que ya lo he ubicado, esta en Francia viviendo como una mujer-
Tuve que hacer un esfuerzo para no parecer interesada y solo dije:
-Me alegro por usted, espero que si lo va a buscar tenga la mente abierta para aceptarlo tal como es y recuerde que si, como usted dice tiene mi edad ya es una persona adulta para saber que es lo que quiere-
-Por eso la llamo, por que quiero entenderlo. Esta haciendo su vida, es cierto, pero no me resisto a perderlo-
-Es muy sencillo- Dije- Tiene que aceptar que no es un anormal, ni un pervertido, ni un enfermo. Que es una persona que ha comprendido cual es la vida que quiere como tantos otros, como yo, como mi socia Alexia. Si usted nos ha aceptado para que fuéramos sus decoradoras debe hacer lo mismo con él-
-Intentare hablarle y después la tendré al corriente, es probable que deba seguir pidiéndole consejo- Dijo y cortó.
Mi cara debió reflejar el estado de ánimo en que quedé pues cuando entró Alexia inmediatamente me preguntó que me sucedía. Le conté la conversación y juntas decidimos que debíamos avisarle a Susan de inmediato la novedad.
Conecte el Skipe y la llamé. Estaba en su casa de París atendiendo algunos clientes de Pierre por lo que le aclare que tenía un motivo urgente para molestarla. Se trasladó al dormitorio con su notebook y la puse al corriente de todo.
-¿Sabes?- Me dijo- Antes pensaba que no los quería ver nunca más pero creo que finalmente debo enfrentarlos de una vez por todas, como vos hiciste con tus padres, así que teneme al tanto y te agradezco inmensamente tu ayuda-
Corté pero a pesar de todo no me quedé tranquila. Sinceramente temía por ella y eso me dio motivo para pensar en tío Roberto y lo que le había sucedido.
-¿Será que no podemos vivir tranquilas?- Le dije a Alexia.





La vida tiene esas cosas


Ocurre que a veces se piensa que las cosas ya no pueden estar peor y sin embargo empeoran aun más. Claro que hay situaciones en la vida que son inevitables pero la muerte es algo que nunca llegamos a aceptar. Una mañana nos enteramos que había fallecido la mamá de Sabrina, la pobre vieja murió en paz mientras dormía pero el impacto entre nosotras fue terrible. No había habido ningún síntoma que supusiera una enfermedad, la vieja se mantenía muy activa para su edad y era todo un ejemplo para las más jóvenes por su permanente buen humor y su disposición para ayudar a su hija natural y  su hija postiza.
Fue el cortejo mas triste que había visto en mi vida. El silencio reinante era el índice mas adecuado para expresar lo que todas y todos sentíamos. El velatorio ni siquiera fue el marco para intercambiar chismes y comer sándwiches de miga. Todas llorábamos, nos calmábamos y volvíamos a llorar. Abrazos persistentes con Sabrina y Rocío y el pequeño Jonatan que tal vez no alcanzara a entender la magnitud de la tragedia pero que era evidente que asumía que algo grave estaba pasando y se mantuvo callado y quieto toda la noche.
Creí que no iba a poder soportar el momento en que el cajón fuera cerrado o cuando fuera colocado en la fosa, instantes claves en los que se adquiere conciencia de que no se va a ver mas a la persona amada. Me mantuve junto a las chicas solo por que consideraba un deber ineludible darles animo pero mis piernas se aflojaban y no se aun como me mantuve parada sobre ellas.
No faltó nadie, ocioso sería enumerar a quienes estuvieron. Éramos una marea de abrazos y dientes apretados. Sabrina y Rocio eran las principales afectadas pero todas las demás sentíamos esa muerte como algo propio. El regreso a la casa de las chicas fue igualmente silencioso. Como un pacto ya previsto solo nos quedamos acompañándolas Alexia y yo. El resto se fue después de dar las últimas condolencias, pensando, con razón, que era el círculo mas intimo el que debía estar con ellas.
Una vez en la casa estuvimos tomando mate y tratando de apaciguar la pena. Después de un rato Sabrina, que estaba totalmente encerrada en si misma se levantó de golpe y dijo:
-Es hora de que sigamos trabajando-
Rocío la miró y levantándose también salio tras ella.
-Nos vamos al salón- Dijo y nos dejo solas con el mate y la sorpresa de tamaña decisión. Aunque creo que fue lo mejor que podían hacer.





La maldad viene en frasco chico


Alexia llegó con cara de preocupación una mañana al estudio e inmediatamente me di cuenta de que pasaba algo malo. Me lo contó en pocas palabras, unos compañeros habían agredido a Adrián en el colegio debido a que se habían enterado de que ahora tenia dos madres y por añadidura se mostró orgulloso de tal situación. Afortunadamente no había sido nada grave pues al ser de contextura robusta se había defendido con eficacia pero lo peor era que fue amonestado a pesar de ser la victima en lo que supuse un rasgo de homofobia por parte de la maestra o el director del colegio.
Mientras estaba tratando de calmar a Alexia recibí una llamada de Beatriz que estaba desencajada, totalmente fuera de si y puteando. El motivo era que necesitaba consejo y pensaba que alguna de nosotras podía ayudar. Le dije que concurriera al INADI, pero esgrimió un argumento de peso. Que sucedería mientras tanto con Adrián, pues no podría seguir yendo al colegio en esas condiciones. Alexia pensaba, con razón, que una intervención suya complicaría aun mas las cosas por lo que lo único que se me ocurrió fue que lo sacara del colegio, que lo prepararíamos nostras mismas hasta que consiguiera otro o eventualmente pudiera dar exámenes libres y después resolver el año próximo.
Beatriz estuvo de acuerdo. Pero una frase suya me quedó resonando en los oídos.
-Muchas leyes, muchas leyes, pero todo sigue igual, deberíamos irnos del país-
Primero tío Roberto, ahora Beatriz, era como una llamada insistente. No le dije nada a Alexia pero algo comenzó a hacerme ruido en el cerebro.
Lo más importante fue que Adrián emergió ileso mentalmente hablando. El hecho no lo había atemorizado ni había cambiado su aceptación de las realidades de sus padres, es más, diría que hasta se habían fortalecido. Tuve una larga charla con él esa tarde con la intención oculta de averiguar como seguía pensado y pude confirmar que estaba muy maduro para su edad, algo que ya sabíamos pero que nunca había sido puesto a prueba de esa manera.
El director del colegio se escandalizó cuando Beatriz le notifico que sacaba al niño de su colegio y quiso hablar con ella pero le aconsejé que lo hiciera en un terreno neutral por lo que le contestó que si deseaba decirle algo lo hiciera en nuestro estudio. Esperaba que no aceptara la invitación pero lo hizo. Cuando llegó lo estábamos esperando Beatriz, Paulina y yo que me presenté como tía del niño. El hombre estaba molesto por la situación, era evidente que no quería que trascendiera que en su escuela hubieran sucedido actos de discriminación y homofobia pero no pudo garantizar que no volvieran a suceder.
-El problema es que estos chicos ya traen esas ideas de sus casas- Argumentó, lo cual es cierto pero no pudo decir más que eso y debió aceptar lo inevitable.
Además lamentaba la partida de Adrián pues era uno de los alumnos más brillantes y estaba entrenando para las Olimpiadas de Matemáticas representando al colegio. Se fue con las manos vacías. El siguiente paso fue decirle a Adrián que Alexia y yo nos encargaríamos de su educación el resto del año y le gustó la idea a tal punto que no hubo que obligarlo a que cumpliera el horario que le habíamos indicado y se esforzó por estudiar.





La exposición


Antes de que lo imagináramos recibimos un llamado de la curadora asistente del señor Reverte, el dueño de la galería de arte. El motivo era que deseaba ver lo realizado para organizar una muestra. La citamos de inmediato en casa de Alexia, nuestro común atelier y llego puntualmente. En cierta manera nos hacia acordar a la secretaria de tía Catalina, aunque era mucho mas bella, vestía de igual manera, traje sastre, pero de color negro y camisa blanca con volados en el cuello y zapatos stiletto negros, el cabello rubio caía sobre sus hombros con delicadeza y su maquillaje era el adecuado, ni mucho, ni poco.
Sus modales eran acordes a su aspecto, solemne, no decía mas palabras que las necesarias y observaba cuanto le mostráramos con la afectación de quienes creen que poseen un secreto que los hace mas importantes. Traté de no caer en su juego de pretender agradarle siendo condescendiente con ella, me limite a dispersar mis dibujos por la mesa de trabajo, así como Alexia había colocado sus cuadros uno al lado del otro contra las paredes. Miró todo una y otra vez, luego de casi media hora en que lo único que hizo además de su trabajo fue tomar una taza de café, escogió sin siquiera preguntarnos nuestra opinión diez cuadros de Alexia y quince dibujos míos.
-Este, este y este- Decía y agregó- Los cuadros deben estar enmarcados y los dibujos también o con un vidrio por delante. Pónganles nombres, si no lo tienen y luego deben enviármelos en un plazo de diez días para que los registre y los ponga en catalogo-
Asentimos casi contagiadas de su silencio y ni bien traspuso la puerta explotamos de alegría saltando y bailando como enloquecidas.
El día de apertura de la exposición estaba todo el mundo, por un momento había quedado de lado, aunque no olvidadas, las penurias pasadas. El señor Reverte nos había prometido una duración de diez días en las principales salas de su galería, todo dependiendo de la rapidez con que se vendieran las obras, algo que nosotras no esperábamos con tanto optimismo como él, pero el hombre tiene sus contactos y logró que varios compradores habituales de su obras, dueños de colecciones privadas se acercaran al vernisagge y regresaran luego con ofertas tal vez no importantes pero halagüeñas. Como además hicimos correr la noticia entre nuestros clientes, antiguos y actuales, los salones estuvieron llenos hasta altas horas de la noche y por ese lado hubo también promesas de compras y la intención de ver otras obras aparte de las expuestas.
Después del vino y los bocaditos de la inauguración nos fuimos a casa. Estábamos exhaustas y emocionadas, cuando comenzamos con esta diversión de pintar y dibujar jamás nos imaginábamos que podía tener tanta repercusión.
Cuando terminó el tiempo asignado estaba todo vendido, de manera que el señor Reverte nos sugirió que hiciéramos una reunión en el atelier ya que él tenia las salas comprometidas. Inmediatamente nos pusimos a organizar el evento, para lo que arreglamos el desorden habitual en la sala que nos servia de sitio de trabajo y dos semanas después unas cincuenta personas se dieron cita en la casa de Alexia. No todos compraron, ni se llevaron todo lo que teníamos, pero en medio de la reunión apareció un individuo que trataba de hacerse entender en un español con acento francés.
-Señoritas- Dijo- Soy el agregado cultural de la Embajada francesa en Buenos Aires y siempre ando a la búsqueda de nuevos talentos para exponer en París, les puedo prometer una galería para dentro de seis u ocho meses, veo que han agotado cuanto hicieron pero tendrán tiempo suficiente, con todo su talento de poder hacer mas  creaciones-
Tras lo cual nos entregó una tarjeta y haciendo una solemne reverencia se marchó.
Alexia y yo no lo podíamos creer. Yo me sentía exultante, no se si por exhibir en Paris o por la idea de volver al sitio que, olvidando aquel hecho que cambio mi vida y la de Susan, era el que mas amo en este mundo. Alexia compartía mi amor por la ciudad luz y si era posible ese viaje podría, por fin, no solo conocerla sino que nuestras mentes febriles ya imaginaban un viaje por Europa, teniendo una buena excusa, y alejarnos un poco de la amarga realidad. Además de que podría ser nuestra segunda luna de miel.





Le toca a Jonatan


Cuando atendí el teléfono esa tarde me encontré con la voz de Rocío sumida en un llanto incontenible. El motivo era bastante desagradable. La directora del Jardín de Infantes las había conminado a sacar a Jonatan debido a que no quería tener problemas con el resto de los padres ya que además de la identidad de las madres el niño era portador de HIV. Lo que no estaba claro era la manera en que se habían enterado ya que no lo habían manifestado al inscribirlo pues estaba debidamente controlado por retrovirales.
El hecho era que sufríamos de nuevo por la homofobia latente en la sociedad y nos sentíamos absolutamente desprotegidas a pesar de que parecía haber un cambio de mentalidad en la sociedad lo que era evidente solo de la boca para afuera y para no quedar mal con los tiempos que corren.
Trate como pude, calmar a Rocío y le dije que lo mejor era sacarlo y buscar otro sitio. Que era inútil combatir contra los molinos de viento, que seguramente encontrarían donde ubicarlo. Mis palabras no surtieron demasiado efecto por que el dolor acumulado era muy grande pero al menos se calmó un poco y me pidió si podía pasar por casa pues necesitaba desahogarse. Por supuesto que le dije que si y al cabo de una hora estaban las dos tocando el timbre y con el pequeño.
Adrián, apenas se entró del asunto, pues estaba estudiando en casa, se puso a jugar con Jonatan.
-Pobre- Dijo- Todavía no entiende lo que pasa pero va a sufrir mucho cuando sea más grande- Y se lo llevo de la mano al cuarto donde tenía algunos de sus juguetes.
Tuve a las chicas toda la tarde en casa, llorando un poco, puteando otro tanto y con breves ratos de calma y aceptación. Finalmente se fueron un poco mas tranquilas con el consuelo de la decisión de buscar otro Jardín.
-¿Pasará esto en otro país?- Se preguntaban.
Yo les dije que si, que muy probablemente, pero me quedé pensando.




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