Friday, September 29, 2017

COMO SOBRELLEVAR UNA DOBLE VIDA Capitulos finales

27. EN UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN
               Al regresar a mi trabajo me esperaban novedades. Benjamín me había llamado varias veces para hacer otra película. Siendo que estaba estudiando ofertas de otros productores con los cuales había concertado citas para conversar me producía placer su desesperación. La película que había hecho para él continuaba siendo un éxito y hasta había llegado una oferta de un estudio de Hollywood para comprarle los derechos. No voy a negar que me pagó puntualmente lo que habíamos pactado, cifra que me permitió engrosar mi alicaída billetera, y trató de interesarme en hacer otra película sin reparar en presupuesto, pero no deseaba hacerlo. Y no era por su homofobia, situación que no me importaba, sino porque quería libertad para hacer lo que quisiera y elegir el argumento, tal vez alguno de los que yo tenía escritos.
Sin saberlo, ya que Willy no me pasó ninguna llamada por orden mía a mi casa mientras duró el montaje de la película sobre crossdressing, mi constante e involuntaria negativa había sacado fuera de sí a Benjamín al punto que acordándose de todos mis ancestros y los de Willy, amenazó con que iba a hacer saber a todos las revistas de chismes de mi afición a la ropa femenina.
-¿Es cierto eso de la ropa de mujer?- Preguntó Willy después de contarme con lujos de detalles la última llamada de Benjamín.
Como estimo que nunca hay que estar a la defensiva sino, por el contrario, redoblar la apuesta, le contesté que sí y que si me guardaba el secreto por un tiempo nos íbamos a divertir a costa del productor. Willy aceptó el trato aunque imagino que se moriría de ganas de andar contando por ahí lo que sabía.
La secretaría de Benjamín, mi aliada incondicional, me avisó que le harían un reportaje sobre la película en un canal de televisión y que aprovecharía para dar una noticia importante acerca de mí. Ella no sabía de qué se trataba, aun así temía que fuera algún tipo de venganza. Le agradecí el dato. Inmediatamente me puse en contacto con la producción del programa que, a través de un amigo que trabajaba allí, consintieron en ayudarme pues les prometí que conseguirían buen rating.
La tarde del reportaje me acerqué al canal con el bolso donde llevaba todo mi equipo para transformarme. Me hicieron pasar a un camarín donde pudiera estar sola y comencé a montarme. Me puse una blusa negra de mangas largas, una mini negra tableada, muy corta, botas bucaneras negras, la peluca negra, aros y un collar brillantes, me maquillé inclusive colocándome pestañas postizas y esperé hasta que mi amigo de la producción me avisara el momento justo en que debía aparecer. En un monitor que tenía en el camarín podía seguir lo que sucedía en el estudio.
El conductor presentó a Benjamín, hizo una semblanza de su trayectoria y comenzó con las preguntas que se sucedieron desde los comienzos hasta su última película. En ese momento comenzó lo bueno. Él habló de la película, de su frustrada participación en el festival de Berlín y del éxito de público que estaba teniendo.
-Pero quiero decir algo de su director…- Comenzó.
-Dígame- Acotó el conductor.
-Se trata de una persona que tiene una extraña afición…-
-¿Si? ¿Cuál?- Preguntó el conductor.
En ese momento aparecí yo, detrás de Benjamín, radiante en mi vestuario femenino. Los operadores de cámaras y el resto del personal no podían contener la risa mientras Benjamín continuaba aún sin verme.
-Es una perversión…-
Y no pudo terminar la frase pues en ese instante me senté en la otra silla que habían dejado a su lado con ese propósito y le dije toda suelta de cuerpo.
-Hola Benji, ¿Cómo estás?-
Era terror lo que se dibujó en su cara. Sin saber cómo continuar quedó petrificado.
-Nos ibas a decir algo- Dijo el conductor.
-Iba a decir que a mí me gusta vestirme de mujer, y sí, es cierto, ¿Cuál es el problema?- Pregunté dirigiéndome a todos los que estaban detrás de cámara lo que generó un espontáneo aplauso.
-¿Eso era?- Le preguntó el conductor.
Reaccionó.
-¡Si, eso era! ¿No ven que es un pervertido?-
-Bueno, cada uno puede hacer lo que quiera si no molesta a los demás- Comentó el conductor mientras desde detrás de cámaras le ponían un cartel con el minuto a minuto del rating que había comenzado a crecer desmesuradamente. Luego se dirigió a mí y preguntó.
-¿Esto que vos hacés tiene un nombre?-
-Sí, crossdressing-
-¡Ah! ¿Y me podes explicar de qué se trata?-
A partir de ese momento Benjamín no pudo decir ni media palabra. El conductor se concentró en mi persona mientras yo me explayaba en la contestación a su requerimiento, el personal del piso se mantenía en un expectante silencio y el rating se iba a las nubes. Al terminar hice el anuncio de la película sobre el tema prometiendo que la exhibiríamos en cuanto tuviera la confirmación de la sala. El conductor me pidió que le avise en cuanto lo supiera. Al apagarse las luces para pasar a la tanda me levanté del asiento y saludé todos. Benjamín, sin reponerse todavía continuaba sentado hasta que le dijeron que debía dejar el lugar para los próximos invitados.
-Esta me la vas a pagar- Dijo mientras pasaba a mi lado.
-Vos te lo buscaste- Contesté segura de mí.
Estaba aún cambiándome en el camarín cuando comenzó a sonar mi celular. En ese orden me llamaron Julia, Jenny, Gabriela, Sweet y Sissy.
-¡Sos una idola!- Gritaba Julia sin poder dejar de repetirlo a cada rato.
-Te salió redondo y encima promocionaste la película- Decía Jenny.
-¡Genia, loca!- Afirmaba Sissy.
Y yo les respondía como podía dándoles las gracias por su apoyo.
En la calle todo seguía igual. El mundo no se había detenido pero yo estaba exultante. Al llegar a casa no noté nada diferente, si mis vecinos habían visto el programa era poco probable que me identificaran pues había aparecido en cámaras totalmente travestida y no había quien supiera que era yo el director de las película producida por Benjamín pues no acostumbraba a conversar con nadie de mi actividad laboral.
El teléfono desbordaba de mensajes. Compañeros de la agencia de publicidad y productores que había contactado en esos últimos días. Estos me felicitaban por mi valentía pero más aún por haber enfrentado a Benjamín dejándolo en ridículo.
-No dejen de exhibir esa película sobre crossdressing, va a ser un suceso- Decía uno de ellos.
Otro mensaje era de una revista de la comunidad glttb solicitándome un reportaje pero los que más me interesaban eran los de mis hijos. Ambos llamaron casi inmediatamente.
-Sabes que no comparto tu afición y creo que fue innecesaria tu exposición. Si no te hubieras mostrado hubiera quedado solo como una infamia de parte del señor ese que habría tenido que probarla, solo espero que nadie de mis conocidos haya visto el programa- Opinó el mayor.
-Te preocupa no pasar vergüenza pero te recuerdo que en esta vida siempre hay algo que moleste a los demás por lo que uno hace y espero que nunca tengas que estar obligado a dar explicaciones- Le contesté
Distinto fue con mi hijo menor.
-¡Tenías que haberle visto la cara a la vieja!- Exclamó en cuanto nos comunicamos.
Me aclaró la situación de inmediato.
-Estábamos viendo la tele y dijeron que iban a hablar de tu película, por eso nos quedamos atentos y cuando apareciste no lo podíamos creer. Yo me cagaba de risa y la vieja abrió los ojos como platos y se quedó muda todo el tiempo, pero lo más gracioso fue cuando dijo que clase de ejemplo nos dabas y yo le conté que ya lo sabíamos y que me parecía genial, casi se cae de la silla. Estuvo murmurando toda la tarde no sé qué cosas pero evidentemente no le causó gracia. Ya sabes cómo es la vieja con el tema de la moral…-
Si, lo sabía y hasta sentí satisfacción en que lo supiera. Lo cierto es que ya no podría extorsionarme si lo quisiera. Total, ya lo sabía todo el mundo.
La secretaría de Benjamín me llamó al otro día comentándome que había vuelto del canal hecho una furia, luego, para calmarse, llamó al jovencito que siempre lo acompañaba y se fueron al departamento que le mantiene. Al regreso se sentía otro, lo único que comentó en la oficina fue que “ese puto” había logrado que hablen de ellos y que por ello su película se iba a ver más por el morbo de la gente.

28, DE ESTRENO
 Una semana después Carmen me llamó para avisarme que teníamos sala para exhibir la película. Es decir teníamos esa sala y diez más, todas del mismo dueño que no tuvo ni el más mínimo reparo en hacer una presentación en toda su cadena de cines en cuanto Carmen se lo solicitó y además le pidió la exclusividad por las dos primeras semanas pues ya sabía que otros exhibidores estaban con intención de comunicarse con ella para alquilarle varias copias.
Jamás hubiera imaginado que ese fuera el resultado de mi audacia. Lo único que pretendía era dejar en ridículo a Benjamín  y, de pronto, me veía solicitado por lo que en definitiva era mi primer trabajo personal.
Para el día del estreno propuse que fuéramos montadas. Algunas aceptaron el reto, otras prefirieron ir como hombres, pero de todas maneras no querían perderse la fiesta, salvo Mónica, Antonia y Rebeca que, desde su reconciliación matrimonial había desaparecido por completo, aunque Sissy sabía, por intermedio de amigos comunes que el matrimonio era un caos, que todos los días se la pasaban discutiendo y que algunos vecinos habrían creído oír acusaciones de parte de ella tratándolo de marica. Al parecer, según Sissy, la habría descubierto nuevamente con ropas de ella.
Julia, Jenny, Gabriela, Sweet, Sissy y yo fuimos montadas, luciendo nuestras mejores prendas de noche. Yo utilizaba el vestido largo de seda color turquesa, la peluca negra y sandalias de suela y taco de acrílico. El dueño de la sala había hecho colocar una alfombra roja y por allí pasé en medio de los aplausos del público sintiéndome una diva de Hollywood. Las cinco chicas hicieron el mismo recorrido, el resto, las que habían ido de hombre, miraban desde un costado. Toda la pasarela fue inundada de crossdressers, travestis, drag queens y toda clase de mariquitas que daban color y bullicio al evento. Los móviles de algunos programas de chimentos también se hicieron presentes. Todo era brillo, strass, maquillajes exagerados, alegría y música.
Carmen organizaba a los invitados especiales. Algunos periodistas me interrumpían a cada paso para preguntarme alguna banalidad. Desde el público me extendían la mano y algún vivo también aprovechó para posar su palma en mis glúteos. Mi mayor temor en ese momento era que se hubiera generado demasiada expectativa y luego no les gustara la película lo que podía resultar en una catástrofe.
Finalmente comenzó la exhibición. Debieron pasar algunos minutos para que cesara el murmullo y el público se concentrara en disfrutar de la película pero una vez que fue captada su atención el silencio que continuó fue demostración suficiente de su aprobación. Yo, atenta hasta a los más mínimos detalles, pude constatar que ni siquiera se oía el rechinar de los asientos como cuando las personas se mueven demostrando su impaciencia. En el final el aplauso fue apabullante y lo disfruté con más entusiasmo que el del Festival de Berlín.
Siendo que el aplauso no cesaba subí como pude,  debido a los tacos, al escenario e invité a las chicas a acompañarme. Carmen y todas las que estaban montadas subieron también, las otras desde la primera fila nos hacían gestos cómplices. Comencé a hacer señas para silenciar al público y en cuanto pude me dispuse a hablar cuando alguien me alcanzó un micrófono.
-Tal vez yo sea la cara visible de este proyecto, más que nada por mi intempestiva aparición en la tele…- En este momento se hicieron oír más aplausos y continué -…pero debo decir que la idea provino de estas dos personas…- Señalé a Carmen y Julia-…que lograron integrar a un grupo humano excepcional para llevarlo adelante, algunas están aquí en el escenario, otras en la platea, no, no diré dónde y otras que no pudieron venir seguramente lo verán en la tele y sabrán que compartimos este momento con ellas también-
Y no pude continuar. Me abracé con Julia, con Carmen y todas las otras. Era la culminación de algo que por momentos creí que no haría nunca. Lo habíamos logrado, después las críticas podían ser buenas o malas pero no nos importaba. El objetivo estaba cumplido.
Y así fue. Algunos comentarios en las secciones espectáculos de los diarios nos destrozaron. Rosa, como participante, aunque desconocida, declinó hacer la crítica en el diario desde donde había vapuleado mi otra película, porque sabía que no le iban a aceptar lo que iba a escribir pero a través de un amigo logró que una revista de espectáculos le aceptara una nota en donde ponderaba todo el esfuerzo que nos había llevado poder completar el proyecto. Otros fueron más benevolentes, sobre todo con nuestro valor para tratar un tema tan delicado y polémico y algunos, pocos, elogiaron toda la realización.
Pero es bien sabido que el público no responde a esos estímulos ya que hubo lleno total en todas las salas durante más de un mes, luego, a la llegada de nuevas súper promocionadas películas de Hollywood pasamos al olvido, pero no me desanimé, habíamos logrado más éxito que la gran mayoría de las películas nacionales.
La noche del estreno fuimos todas a festejar con pizza y cerveza a Las Cuartetas, el mismo sitio de donde nos habían echado tiempo atrás. Esta vez éramos un grupo más numeroso y nadie se atrevió a quejarse. El mismo mozo que nos atendió aquella vez se esmeró en complacer rápidamente nuestros pedidos, inclusive se mostró particularmente amable conmigo, lo que me llamó la atención hasta que se develó el misterio cuando me solicitó un autógrafo diciéndome que me había visto en la tele. En las mesas de alrededor supieron de inmediato, gracias a la lengua del mozo, quién era yo y varias mujeres se acercaron para felicitarme-
-Estuviste muy bien, a hombres como ese que pretendía denunciarte hay que tratarlos así- Me dijo una de tantas.
-Lo que es la fama- Comentó Jenny.
-Sí, la fama y la hipocresía, antes nos miraban como a enfermas pervertidas y mirá ahora, apareces en la tele y sos Dios, te juro que los prefiero cuando eran sinceros, por lo menos los podía mandar al carajo, ahora, en cambio, tenés que sonreírles y fingir que está todo bien- Argumenté.
-Tal vez tengas razón, pero no te preocupes, disfrutalo, ahora los tenés a tus pies- Opinó Sissy.
Debo reconocer que me complacía su admiración, pues de todas maneras seguía siendo quién quería ser y ellos solo eran ovejas que van para donde calienta el sol, carentes por completo de pensamientos propios. E hice lo que aconsejaba Sissy. Disfruté de una de las mejores noches de mi vida.
Llegue a mi casa cuando ya era de mañana. Bajé del remise y después de pagar advertí que la quiosquera me estaba observando. Me acerqué a comprar unos bizcochos para el mate.
-Hola Eduardo- Dijo ella con toda naturalidad y mientras me daba el paquete guiñando un ojo agregó -Se te ve bien como mujer-
-Es la ventaja de ser dos personas a la vez, los elogios siempre son dobles-
Y ambas reímos.

29. OTRO ASADO EN LO DE JULIA
 Me tomé una semana en una playa solitaria que no voy a nombrar para que no comience a llenarse de turistas.  Suficiente tiempo para llenar el contestador del teléfono y la casilla de mensajes del celular que había dejado en casa. Mi mail también desbordaba. Todo el mundo preguntándome dónde diablos estaba.
De inmediato contesté mails, mensajes y llamadas. Arreglé asuntos de trabajo y me comuniqué con Julia pues uno de los mail era una invitación al tradicional asado que se iba a realizar en su casa, el primero luego del exitoso estreno de la película. Estaba ansiosa de ver nuevamente a las chicas, en un ambiente más distendido, luego de todas las discusiones y polémicas que había generado su realización.
El domingo siguiente me vestí con ropa cómoda, cargué un bolso azul donde llevaba mi maquillaje y el celular y en otra bolsa puse tres botellas de vino tinto como para no ir con las manos vacías.
Carmen me abrió la puerta, tomó las botellas y mientras intercambiamos los primeros chismes fuimos hasta la cocina. Allí estaban Jenny y Gabriela con las clásicas ensaladas.  Por la ventana se la podía ver a Julia luchando con la parrilla y conversando con Sissy y Amanda. Sweet y Rosa estaban retocándose el maquillaje en el baño principal de la planta alta.
-¿Las otras chicas?- Pregunté
-No vienen y lo que es peor creo que no van a venir más- Contestó Carmen.
-Por Rebeca me imaginaba, pero ¿y las otras?-
-Mirá, lo único que me dieron fueron excusas. Mónica dice que con el asunto de la película todo esto del crossdressing se hizo muy notorio y ahora anda con miedo que la descubran, Antonia argumentó que es muy joven, que cree que esto es una locura que ya se le va a pasar y Agustina volvió con eso de que se cree fea, que salió espantosa en la película…-
-Acá no se trata de ser lindas o feas, todas somos bellas porque es algo que se siente dentro- Acoté
-…sí, pero andá a decírselo a ella, en el fondo ya me estaba hartando- Se sinceró Carmen.
-¿Y de Rebeca sabés algo?-
-Sí, Sissy trajo las últimas noticias, se la encontró en la calle, está separada de nuevo, se fue a vivir al departamento de un primo o algo así y parece que la muy estúpida le echa la culpa de todo al crossdressing y tampoco la trató muy bien a Sissy como si tuviera miedo de que la vieran hablando con ella-
Me quedé callada unos instantes y cuando estaba por salir al patio a saludar al resto de las chicas Carmen me tomó del brazo y me dijo.
-¿Sabes que es lo que más lamento? Que todo empezó por la película y me siento culpable por eso-
-No te lamentes, lo que sucedió, sucedió y no por la película, tarde o temprano algunas iban a abandonar el grupo porque cada una es como es y cualquier cosa podía provocar que pasara lo que pasó-
-Vos lo decís para consolarme-
-No, es así. En todos los grupos de personas pasa lo mismo y este no podía ser la excepción, algunas se adaptan, otras no y no podemos pensar que nosotras podíamos estar al margen de la regla solo porque el crossdressing es algo tan especial que nos debe unir más. Ves, ahora quedaron las que se sienten más identificadas, somos menos, la cantidad no importa, el hecho es que seamos más fuertes-
Carmen me abrazó, luego las abrazó a Jenny y a Gabriela que habían escuchado toda la conversación sin decir una palabra. Aproveché ese momento para salir al patio. Amanda, en cuanto me vio corrió a mi lado, me abrazó y mirándome a los ojos dijo.
-Hola mi reina, mi madre, mi protectora-
-Amiga, me siento muy bien con todo lo que decís, y no sé qué hice para merecerme estos conceptos pero es hora de que te sientas bien contigo misma, has dado un gran paso tratando de superar la timidez y ahora eres toda una crossdresser lista para salir al mundo a conquistar hombres porque eres hermosa-
Julia sirvió el asado. Como de costumbre ataqué las morcillas y los chorizos. Carmen elogió el vino que había llevado, Jenny sirvió las ensaladas, Gabriela se la pasó imitando a Moria Casán, Sweet y Amanda levantaron la mesa, Sissy trajo el café y las masas de postre. Rosa y yo lavamos los platos. Hicimos planes para ir a ver “Casa Valentína” por la curiosidad de ver como se trataba el tema del crossdressing en el teatro, aunque no nos hacíamos muchas ilusiones.
De a poco nos fuimos yendo. Algunas en sus autos, otras a pie. Amanda decidió regresar montada, la acompañé hasta la parada y estuvimos conversando mientras esperaba el colectivo. En cuanto arrancó el vehículo ella me saludó desde la ventanilla hasta que se alejó impidiendo vernos. Yo regresé caminando despacio. Por la mitad de camino una persona se colocó a mi lado, estuve tensa hasta que descubrí que se trataba de Alberto, aquel viejo compañero de trabajo que conocía mi secreto.
-Hola, Sabrina, ¿Queres que vayamos a tomar algo?-
-Bueno, dale- Contesté aferrándome a su brazo.
Y seguimos charlando por esa calle solitaria mientras buscábamos un barcito.

FIN

No comments: