No vi la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos el viernes en vivo. Recién la pude ver el día sábado por la tarde en un video grabado. En realidad todavía estoy tratando de digerirlo.
En primer lugar, era de esperar que Paris 2024 superara en calidad y espectacularidad a las inauguraciones anteriores pues desde cuando en el 92 Barcelona levantó la vara de la calidad de estas ceremonias no hemos visto otra cosa que cada organizador trató de superar al anterior. Lo único que se me ocurre para definir la inauguración de Paris son dos palabras: Pobreza creativa.
En segundo lugar, las inauguraciones siempre se realizaron en estadios olímpicos, donde todos aquellos que pagaron una entrada pudieran ver TODO el espectáculo y el resto de los mortales lo verían por televisión. El viernes los espectadores solo vieron una parte del espectáculo, bajo la lluvia (aunque esto no sea culpa de los franceses, podían haberlo evitado haciendo el acto en un estadio)
El hecho de no hacerlo en un estadio impidió dos tradiciones importantes, la primera la unión de todos los deportistas en un mismo ámbito y la segunda, encender el pebetero en cualquier lugar como si no tuviera ninguna importancia. Las delegaciones viajaron por separado en ”bateau” por el Sena y el pebetero esta en un globo en medio de la oscuridad total circundante en el Parque de las Tulleries, (como en una plaza de La Matanza)
Con respecto al segmento de la diversidad, confieso que me sorprendió. Primero me pregunté que tenía que ver con el espíritu de los Juegos Olímpicos, que dicho sea de paso SON UNA FIESTA DEL DEPORTE. La segunda sensación fue de desagrado. Las expresiones disruptivas de estos individuos e individuas que bailaban y gesticulaban no tiene nada que ver con los sentimientos de quienes somos gays, al menos no me siento representado por esa gente.
Ni hablar de la niña que bailaba con un tipo mayor prácticamente apoyándola ni del otro al que le salían las b***s de abajo del pantalón y que en una foto esta sólo a un metro de la niña mencionada. Confieso que cuando vi la escena de la larga mesa y a papa pitufo sobre la fuente con flores lo primero que me vino a la mente fue La ultima cena. (todas saben que soy atea) Igualmente me chocó. Vi, por ahí, que dicen que no era la representación de La ultima cena sino otro cuadro que ahora no recuerdo. Tal vez sea así, pero muchísima gente sigue creyendo que era la representación de Cristo y sus apóstoles. Hubieran elegido otro cuadro si querían representar algo. Da la sensación que, de todas maneras, lo hicieron a propósito.
Ya hice antes otros comentarios y no voy a volver sobre ellos. Pero, lo que mas me asombro en las últimas horas fue una explicación de la simbología de la ceremonia.
El barquero Caronte,(el que lleva lo muertos al otro mundo si le pagan con una moneda de oro) era quien encabezaba la flota de barcos con las delegaciones. ¿Qué significaba? ¿Qué los atletas iban a morir y debían ser llevados por Caronte al otro mundo, previo pago de una medalla olímpica a lo largo del Estigia , perdón…del Sena?
¿Y que significaba ese jinete del Apocalipsis entregando la bandera olímpica? ¿Qué estos son los últimos juegos?
Los franceses solían ser persona creativas, de alto valor artístico. Hoy están sumergidos en la agenda 2030, la cultura woke, la fealdad, la disrupción sin sentido. Podrán disentir conmigo, pero no me va a hacer cambiar de opinión. Los franceses bajaron la vara al subsuelo. Espero que los yanquis en 2028 apunten más alto…aunque lo dudo.
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