Tuesday, May 28, 2019

LENGUAJE INCLUSIVO


Desconozco si sucede en otras partes de este mundo, pero en la Argentina ha comenzado una campaña de algunos colectivos feministas para tratar de imponer un lenguaje al que llaman “inclusivo”.
No es nuevo el intento de modificar el lenguaje creyendo que con ello se cambia la realidad de algunos sectores, como por ejemplo llamar “afroamericanos” o “gente de color” a las personas antes llamadas “negras” o llamar “pueblos originarios” a quienes llamábamos “indios”
Es claro que esos cambios lingüísticos no han servido de nada. En nuestro país los pueblos indios siguen viviendo en la misma manera paupérrima y olvidados en que han vivido siempre. E incluso echados a palos de una plaza en Buenos Aires por militantes del anterior gobierno que siempre se jactó de “inclusivista” y defensor de los pobres, cuando esos indios intentaron protestar por la forma en que son explotados.
Este intento comenzó con la idea de reemplazar la terminación en “o” que comprendía a ambos géneros, como por ejemplo “todos” que se completó con la frase “todos y todas”. Como no pareció suficiente la siguiente etapa fue cambiar la “o” por una x, el símbolo @ y algún otro delirio impronunciable.
Hasta que se llegó a la letra “e” y nos encontramos con la palabra “todes” y cuanta otra palabra que terminada en “o” pasó a terminar en “e”.
Las palabras se inventan, obvio. Han nacido a lo largo de la historia de mil fuentes diferentes, por ingenio de alguien, por la similitud con algo ya nombrado, por necesidad, como el vocabulario de los científicos, los médicos, los abogados y ahora de todo lo relacionado por esta era cibernética en la que surgieron cosas que hace pocos años no existían.
También los lunfardos nacieron por necesidad, porque los miembros del hampa no deseaban que la policía supiera de qué hablaban, más o menos, sobre todo con el lunfardo estas palabras se fueron haciendo populares espontáneamente, sin la intervención de alguien que quisiera obligar al resto a hablar así. Y también vinieron los lunfardos más recientes, los de los drogadictos o los de las nuevas generaciones, como los millennials.
El lenguaje está vivo y dinámico. Los diccionarios finalmente recogen lo que se habla en la calle, pero lo que se habla en la calle surge naturalmente, cuando se intenta imponer un lenguaje para modificar la realidad y con ello las costumbres y la manera de pensar se cae en algo que tiene el mismo nombre aquí y del otro lado del mundo y ese solo nombre es: Fascismo.
El lenguaje inclusivo no va a modificar que haya tantos femicidios ni maltrato, ni va a igualar las posibilidades de ambos géneros, más bien es un capricho infantil que desdibuja todo lo que se puede hacer en materia de legislación y seguridad para la igualdad y protección de las mujeres.
Y conlleva a sus defensores a ultranza a adoptar posiciones antipáticas, pues, aunque la gente en general es bastante permeable a las novedades a veces reacciona como un cuerpo ante una infección y empieza a ver a los defensores del lenguaje inclusivo como una manada de fundamentalistas retrógrados, como la Iglesia, por ejemplo.

Saturday, May 25, 2019

HISTORIA PARA LOS DESMEMORIADOS


Sesenta y seis años de historia en un ratito.
Escribo este texto sin recurrir a Google, libros, ni nada parecido, por que, a diferencia de la mayoria en mi pais tengo memoria.
Nací en 1953. Gobernaba Perón su segunda presidencia. Ya sin Evita caía en el desbarranco que le preparaban sus camaradas de armas. En 1955, cuando yo tenía dos años finalmente lo echaron huyendo al Paraguay, a Venezuela y a España.
Los militares le hicieron probar su propia medicina pues como sabemos Perón había participado en los golpes del 30 y del 43. Recuerdo, como si fuera hoy, a mis abuelos españoles, republicanos y antifranquistas hasta la médula festejando en el patio de su casa. Si, lo habían echado los militares, pero no importaba, el tirano había caído.
En el nombre de la “Revolución Libertadora” asumió Lonardi, un general flaquito, parecido a Fred Astaire, que dijo “Ni vencedores, ni vencidos”. Pero a sus compañeros de golpe no les gustaba la idea y lo sacaron del medio. Asumió Aramburu como presidente y el almirante Rojas como vice. Como tenían una papa caliente que les quemaba las manos llamaron a elecciones y ganó Frondizi gracias al pacto que había hecho con Perón para que no boicotearan la elección.
Frondizi tenía buenas ideas como tratar de lograr el autoabastecimiento petrolero pero se volcó demasiado a la izquierda, para el gusto de los militares, recibiendo al Che en la Casa Rosada. Lo voltearon.
Como los militares además estaban peleando una guerra de opereta entre ellos en los bandos azules y colorados, que en definitiva pugnaban por quien toleraba más o menos el regreso del peronismo, decidieron dejar el gobierno al presidente provisional del Senado, José María Guido. Este llamó a elecciones y ganó Arturo Illia. Otro presidente con posibilidad de encaminar el país, honrado y patriota, pero no le toleraron que se metiera con los laboratorios médicos y comenzaron a hacerle una campaña feroz tildándolo de “tortuga”, mucho periodismo de la época se prendió en los agravios.
Así fue que el 66 otro general que se creía Perón, la “morsa” Ongania, hizo un golpe con el sueño de que su “Revolución Argentina” durara 100 años. Duró un poco menos. En el 69 se enteró que había obreros descontentos en las fábricas de autos de Córdoba y se comió el “Cordobazo”. Incapaz hasta de sofocar la protesta se tuvo que ir cuando el General Lanusse, nuevo caudillo del Ejercito lo echó de una patada. Lanusse, el suegro de Rimoldi Fraga, aquel de “argentino hasta la muerte” trajo a un títere, el General Levingston, de los Estados Unidos y lo puso de presidente.
Pero el títere tenía sus propias ideas y también se creía Perón. Le duró bien poco el sueño porque  Lanusse le recordó quien mandaba y como no encontraba otro que hiciera el trabajo por él se quedó de presidente. Lanusse podía haber pasado a la historia sin demasiados méritos ni criticas pero se mandó la gran cagada. Como el país ya era un hervidero de atentados terroristas desde 70/71 no se le ocurrió mejor idea que invocar como “prenda de paz” al anciano senil que vivía en España rodeado de su corte de adulones, Campora, Isabelita, López Rega, Jorge Antonio, etc.
Y dijo que a Perón “no le daba el cuero”. Lanusse era un zorro viejo y sabía que el senil iba a morder el anzuelo. En definitiva lo que quería era dejarle la banda, el bastón y borrarse. A Perón lo trajeron, lo manejaron y lo terminaron de enfermar todos los que lo rodeaban por su afán de poder.
Y Perón volvió, pero como prenda de guerra y violencia. Alentó a sus derechas e izquierdas y estos terminaron haciendo una masacre peleando por un palco miserable en Puente Doce, camino a Ezeiza. Los Montoneros mataron a Rucci y a Aramburu. Las Triple A, ejerciendo el terrorismo de estado, a cuanto pensador y activista de izquierda que se les cruzaba.
Las elecciones del 73 las ganó Campora, el que iba a tener el gobierno pero no el poder. El 25 de mayo, cuando asumió, liberó a todos los presos políticos y no políticos de las cárceles demostrado que solo era un inepto chupamedias. Su ministro del interior era un tal Righi que años después participó en la corte K. Campora renunció tal como estaba acordado y lo sucedió Lastiri, este llamó a elecciones y ganó la formula Peron- Peron
Cuando Perón supo que Montoneros quería hacer “peronismo sin Perón” los echó de la Plaza de Mayo, realizando una bravata que no le serviría de nada. Al mes se murió, o lo mataron, lo cual ya no importa, y los “imberbes” siguieron haciendo de las suyas. Isabelita, asumió el gobierno, pero no el poder, paradójicamente, pues la tironeaban de todos lados, militares, gremialistas, López Rega, todos querían opinar. Los sindicalistas ganaron al principio la pulseada cuando lograron que la presidenta pusiera en un avión a Lopecito y lo mandara de embajador  itinerante. En medio de eso el ministro de Economía Rodrigo, se mandó el “rodrigazo”, gran salto de los precios que hizo que de un día para otro las cosas valieran el triple de lo que costaban. En esa semana me estaba casando.
Pero, como de costumbre la última palabra la tuvieron los militares y un día de Marzo del 76 la rajaron en helicóptero. Y entramos en la negra noche de los tiempos. Salvo Ricardo Balbín que dos días antes del golpe llamó a un dialogo constructivo en un emotivo mensaje por televisión, el resto, políticos y ciudadanos, salieron a aplaudir a los militares. Al principio y mucho tiempo después nadie sabía a ciencia cierta que estaba pasando en el país. Estábamos preparándonos para el Mundial y lo demás no importaba, ni siquiera esas viejas locas que daban vueltas alrededor de la pirámide de Mayo. Y mientras tanto los jefes de la guerrilla se reunían en Paris con el Almirante Massera para salvar sus vidas delatando compañeros.
Y estos militares se hubiera quedado en el poder mucho tiempo, pero, a Videla lo sucedió Viola y a éste Galtieri. Y al borracho no se le ocurrió mejor idea que invadir las Malvinas. Este Galtieri también se creía Perón, y hasta tuvo su Plaza de Mayo llena cuando vino Alexander Haig, el secretario de estado norteamericano, en medio de la guerra y una multitud de personas lo vitoreaba mientras allá en las islas unos pobres chicos eran masacrados sin piedad y la gran mayoría del país pensaba que estamos jugado otro Mundial de futbol en el que siempre “íbamos ganando”. Hasta que perdimos y la gente reaccionó, pero no por la tiranía opresora y salvaje de “Proceso” sino porque se había perdido una guerra aunque después ignoráramos a los combatientes que regresaban, con nuestra característica falta de solidaridad. (Aunque algunos digan lo contrario)
Los militares cayeron por que ya no sabían cómo agarrarse de la cornisa y, como antes, largaron la papa caliente y con Bignone a la cabeza dieron elecciones. Y ganó Alfonsín, gracias al nabo de Herminio Iglesias y su ataúd quemado. Alfonsín tuvo los huevos para enjuiciar a los generales pero cuando quisieron seguir más abajo se le sublevaron los coroneles en una Semana Santa y tuvo que dar las leyes de punto final y obediencia debida. Muchos piensan que no fue fuerte pero evitó otra nueva masacre en tiempos en los que había que ser valiente para enfrentarse al poder militar. En la economía no le fue muy bien y se vino la hiperinflación ayudada por el accionar destituyente, como siempre, del peronismo. Y también se tuvo que bancar que algunos exiliados como Gorriaran Merlo que la estaban pasando de lujo bien lejos de país regresaran para el quijotesco y salvaje intento de copamiento de La Tablada y dos alzamientos carapintadas más que demostraban que los militares no iban a dar el brazo a torcer así nomas.
Y tuvimos a Menen con sus patillas riojanas y aire de caudillo federal. Lo que era toda una farsa, cambió el poncho por los trajes de seda italiana y se mandó, sin disparar un tiro, un programa económico más salvaje que el de Martínez de Hoz, con privatizaciones que eran regalos y despidos masivos. Pero a muchos otros, que gracias al dólar uno a uno podían irse a Miami a comprar televisores, les importaba un pito lo que le sucedía a los desocupados. (En fin, la clásica falta de solidaridad Argentina) y Menen dijo: “si decía lo que iba a hacer nadie me votaba” y ahí andaba paseando en su Ferrari. Y, a pesar de que indultó a todos los generales enjuiciados por Alfonsín no pudo evitar un alzamiento carapintada liderado por Seineldin.
No logró quedarse eternamente como era su propósito y hubo nuevas elecciones. Ganó De la Rúa. Un inepto total que no tenía idea de cómo manejar un país. Además del hecho de que sus aliados lo dejaron abandonado en medio de un gran desastre que, como otras veces, era magnificado por la costumbre destituyente de los peronistas. El uno a uno, como era previsible, estalló en el aire y el ministro Cavallo también. Se vino el corralito y la crisis del 2001. Corridas en la Plaza de Mayo, muertos y heridos. De la Rúa se rajó en helicóptero. Pasaron varios “presidentes por un día” hasta que asumió Duhalde, el capo del conurbano, el que le hizo la gran cama a De la Rúa. El único mérito de Duhalde fue tener a Lavagna como ministro de economía y de cumplir con su palabra de llamar a elecciones y retirarse de la política.(o retirarse a las sombras, que no es lo mismo) Pero como todo peronista tenía que hacer algo jodido, lo parió al Néstor.
Aunque lo sospechaba y nadie me creía, con el Kichnerismo se acrecentó el odio que por ese entonces ya se estaba calmando y la dictadura militar pasó de ser un recuerdo a ponerse de nuevo en el tapete, mientras el gobierno acusaba a cuanto opositor había de ser cómplice de la dictadura, sin aclarar, que el matrimonio gobernante se había enriquecido en aquella época y si escucharon de cerca algunos tiros seguramente lo hicieron escondidos bajo la cama. La corrupción llego a lo largo de doce años a extremos nunca vistos porque de la ocasional, que siempre hay, aquí se instaló una verdadera banda de ladrones que se robó medio país y encima nos sumió en el populismo berreta, al igual que Venezuela de quienes tuvieron que ser socios porque en todo el mundo nos cerraban las puertas. Mataron a un fiscal de la nación para mantener oculto el pacto con Iran por el atentado en la Amia, prohijaron corruptos menores en todo el país y a decir verdad podría escribir todo el día parta explicar este negro capítulo de nuestra historia pero no tengo tiempo. Y después tuvimos, al menos los no fanáticos, la esperanza de la llegada de Cambiemos y Macri, pero estos ineptos hicieron todo mal, desde la política a la economía, salvo algo de obra pública. Y con ello revivieron a la ex presidenta Cristina que cual ave fénix pretende volver a estar en el gobierno (nota de último momento, con un títere como presidente) Y si bien el futuro del país no tiene ninguna esperanza de buenaventura, lo que sí es seguro que con el regreso del populismo nos vamos al barranco para siempre…

Resumiendo:
En mi vida vi pasar
18 años de gobiernos radicales, incluido el actual de Cambiemos.
18 años de gobiernos militares.
30 años de gobiernos peronistas (38 si contamos que Perón ya estaba gobernado desde 1945)

Y asi estamos...





Friday, May 10, 2019

UN CUMPLEAÑOS DISTINTO

Harumi Taniguchi es, a mi entender, el tercer personaje mas importante despues de la pareja principal del manga yuri Citrus. Yo soy una seguidora fanatica (demasiado fanatica) de ese manga y comparto las vivencias de sus personajes. Harumi me resulta una persona excepcional, la amiga incondicional de Yuzu, una de las protagonistas. Saborouta, la autora del manga le puso fecha de cumpleaños a sus personajes y casualmente el de Harumi coincide con el mio lo que me resulto muy agradable. Asi que el proximo domingo 12 de mayo ambas cumplimos años. Me perdonaran esta simpleza pero tambien forma parte de mi vida

Saturday, May 04, 2019

Cualquier despota puede obligar a sus esclavos a cantar himnos a la libertad

Mariano Moreno
Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no sabe lo que vale, lo que puede o lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederan a las antiguas y despues de vacilar algun tiempo entre mil incertidumbres, será, tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tirania.

Rosseau
La Argentina me duele hasta el corazón