Por lo tanto mientras ella y yo estábamos solos en la casa yo me paseaba luciendo sus vestidos su polleras y blusas. No me animaba a pedirle la ropa interior aunque me fascinaban las bombachas, las medias y los corpiños que solía ponerme a escondidas. Pero ella pareció adivinar mi deseo porque me impulsó a hacerlo a su vista y entonces solo me ponía su lencería lo que parecía gustarle.
En esos momentos en que me vestía de nena me imaginaba que tenía un novio, lindo y dulce que me besaba apasionadamente en la boca. Esa era toda mi fantasía pues no sabía nada más acerca de lo que hacían un chico con su chica.
Mi padre no estaba nunca en casa. Llegaba muy tarde del trabajo y para ese momento yo volvía a mi ropa normal. En definitiva que en esa familia yo era el que tenía costumbres extrañas y mis padres parecían absolutamente normales.
Pero, a veces ocurren hechos inesperados. Cuando yo andaba en mis quince años, una tarde tenía puesto un vestido amarillo bastante ajustado y por debajo una hermosa bombacha rosada y un corpiño blanco. Mi mama estaba limpiando la casa y yo estaba ordenando mi habitación.
Sorpresivamente tocaron a la puerta. Mi madre abrió y resultó ser Alejandra, una vieja amiga suya que pasaba de visita. Muchas veces las había visto juntas por lo que no extrañaba verla por ahí.
Entró y después de saludar alcanzó a verme antes de que yo pudiera esconderme.
-¡Ah! ¡Pero mira lo que tenemos acá! ¡Una hermosa jovencita!- Dijo Alejandra.
-Viste que linda que está- Respondió mi madre mencionándome en femenino.
-No me imaginaba que tenia ese gusto de vestirse de nena-
-SI hace años que lo hace y lo disfruta-
-¿Y tu marido lo sabe?-
-No todavía-
-Debería saberlo, le encantaría-
Allí tuve mi primera sospecha. ¿Por qué a mi padre le encantaría saber que yo me vestía de mujer?
Alejandra continuó con las preguntas mientras me observaba
-Y aparte de travestirse ¿le gusta algo más?-
-Creo que no- Respondió mi madre
Alejandra se me acercó, puso su mano sobre mi cabeza y dijo
-Sos muy linda. Una hermosura de nena-
Y luego dirigiéndose a mi madre agregó
-¿No queres que se pase el fin de semana conmigo? Le puedo enseñar muchas cosas-
-De eso no tengo dudas- Manifestó mi madre.
Volvió a dirigirse a mí y me dijo
-Si venís a pasar el fin de semana en casa te presto ropa mía, lencería erótica, te maquillo y te peino, te voy a poner linda-
Sin dudarlo acepté. Alejandra le dijo a mi madre.
-Voy a averiguar que le gusta a esta criatura, mientras tanto contale a tu marido. Vas a ver que se engancha.
Y así fue que el sábado en la mañana entraba el casa de Alejandra. Me recibió con los brazos abiertos.
-¡Aquí esta mi nenita!- Dijo mientras me invitaba a pasar al vestidor de su dormitorio.
Alejandra vivía sola y tenía una hermosa casa decoraba con muchos toques de feminidad.
En el dormitorio me hizo desvestir. Cuando me vio desnudo volvió a decir
-¡Que hermoso cuerpo tenes, una linda cola, los chicos se volverían locos por vos!-
En el vestidor me dio un corpiño y una bombacha negros y para ponerme sobre ellos un baby doll también negro transparente. Me dio portaligas y medias rojas y unos zapatos blancos, con poco taco, para que me acostumbre a caminar.
Me sentó frente a un espejo y me maquilló y me peinó. Cuando terminó ni yo mismo podía creer que esa figura que se veía en el espejo era mía.
-Hermosa, sos una princesa- Me dijo.
Regresamos al dormitorio. Sacó una celular y me pidió que posara para unas fotos. Accedí gustoso. Tuvo que enseñarme algunas poses sexis pero aprendí enseguida. Luego me invitó a sentarnos en la cama.
-¿Cuando estas vestidita de mujer, pensas en chicos?-
-Si-
-¿Y que pensas?-
-Que me beso con ellos en la boca-
-¿Solo eso?-
-Si-
-Entonces hoy vas a aprender a hacer otras cosas con los chicos, yo te voy a enseñar. Sos muy hermosa, los chicos se volverían locos por vos-
Y luego me preguntó
-¿Alguna vez te besaron en la boca?-
-Nunca-
-Bien, te voy a mostrar. Acóstate en la cama que yo me acuesto al lado así estamos cómodas. Ahora nos vamos a dar besos en la boca, vos abrí los labios y saca la lengüita, como voy a hacer yo y nuestras lenguas se van a tocar. Dale-
Y así tuve mi primer beso en la boca. Estaba excitándome de sentir el roce de sus labios y de su lengua, Asi estuvimos unos minutos hasta que ella, apartándose dijo
-¿Y, te gustó?-
-Mucho-
-Bien. Te cuento, yo soy lesbiana, me gustan las mujeres pero ahora vos sos una mujercita para mi y te voy a hacer el amor. ¿Sabías que tu mama es lesbiana?-
-No, además se casó con mi papa-
-Lo hicieron para disimular. Tu mama y yo hemos tenido relaciones sexuales. Y a tu papa le gustan los chicos feminizados como vos-
-¿En serio?-
-Si, ja, ja ¿Vos te creías que eras el único diferente en la familia?-
Semejante revelación me sorprendió pero no me asustó, al menos mis padres me iban a comprender.
-Ahora te quiero decir algo más. Vos sos una nenita y soy lesbiana, estamos de igual a igual y te voy a tratar con mucho amor. En el día de mañana si te acostas con un chico tenes que saber que estas para ofrecerle tu cuerpo para su placer. Tenes que ser sumisa y obediente. El hombre manda y la mujer obedece. ¿Sabes?-
-De acuerdo- Respondí.
-Comencemos la clase. ¿Alguna vez viste algún video de una nenita chupándole el pene a un hombre?-
-No-
Entonces te voy a enseñar porque a los hombres les encanta que las nenas les chupen el pene.
Se levantó. Sacó del ropero un arnés con un pene plástico y se lo puso. Se paró en medio de la habitación y me ordenó.
-Veni y arrodíllate frente a mi-
Cuando lo hice continuó.
-Ahora toma el pene con la mano, bésalo, lámelo como si fuera un helado y luego abrís la boquita y te lo metes adentro-
Hice todo lo que me pidió. Arrodillado frente a ella me sentía que era su esclavo. Chupe ese pene plástico con todas mis ganas.
-Muy bien, muy bien. ¿Te gusta?-
-Si-
-Vas a ver cuando tengas un de verdad, no vas a querer soltarlo-
Y así me tuvo unos minutos.
-Dale, no te engolosines que ahora voy a enseñarte lo más lindo-
-¿Qué?-
-Te voy a coger, voy a meter mi consolador en tu hermoso culito así aprendes lo fascinante que es ser penetrado. No te preocupes, el dildo es chico y lo voy a hacer con suavidad para que te acostumbres. Después ya tendrás que soportar machos con grandes penes que te lo metan de golpe.
Me hizo acostar boca abajo, me sacó la bombachita, levantó mi cuerpo colocando unos almohadones a la altura de mi panza lo que levantaba mis glúteos. Trate de relajarme. Ella se untó los dedos con una crema y me los fue metiendo despacito. En ese momento sentí como un golpe de electricidad. Era de locura. Estaba gozando como nunca y todavía no me había metido el dildo. Cuando finalmente lo sentí en mi recto creí que me iba a morir. El dolor en mi pene era casi insoportable. Grité de placer, pedí que me penetrara más. Ella reía de placer al verme así y finalmente tuve una eyaculación que no mojó los almohadones porque ella, previsora había puesto una toalla debajo de mí.
Me hizo levanta unos centímetros, sacó los almohadones y me ordenó que me estirara. Ella seguía con su dildo dentro de mí. Me abrazó fuerte y acercó su cara a la mía.
-Parece que te gustó-
-Si, ¡es hermoso!-
-Buen, te voy a decir algo, cuando los hombres te cogen, después de unos minutos eyaculan como vos recién y luego se les baja el pene. Después hay que esperar un rato, pero el mío no se baja y puedo estar cogiéndote toda la tarde. ¿Qué te parece?-
-¡Si, siga cogiéndome todo lo que quiera!-
Y así fue que me sometió durante varias horas. Descansaba un minuto y seguía. Yo estaba en la gloria. Cuando al fin se detuvo dijo.
-Bueno, ahora te vas a vestir con una minifaldita y una blusa que te preparé y nos vamos a comer algo al Mc Donalds. ¿Qué te parece salir de nena a la calle?-
-Genial- solo atine a responder.
Me vistió con la ropa prometida, una minifalda de cuero negra, una blusa blanca y el corpiño y la bombacha negros y me dio una zapatillas color rosa. me peinó, me arregló el maquillaje, me sacó una fotos en su casa y en la calle y fuimos al local de comidas rápidas.
Fue un momento hermoso. Lo disfruté como una verdadera nena. Noté que algunos chicos me miraban y Alejandra también lo observó.
-Viste, esos chicos pagarían por cogerte- Dijo riendo y agregó -Fíjate como hablas, caminas y te moves, tenes que parecer una verdadera nena-
Dicho esto tomo su celular y llamo al alguien. Inmediatamente supe que era a mi mama.
-Acá estoy con tu hija en el Mc Donalds. Te mando unas fotos. La está pasando bárbaro. Mañana a la tardecita te la mando. Te cuento que es una furia. Flor de putita criaste. Contale a tu marido-
Luego iba a hacer otro llamado pero me preguntó.
-¿Te animarías a estar con un chico de verdad, mañana?-
-Si, claro- Asentí.
-Ok, voy a llamar a mi hermano. es un chico muy sano y dulce. Te va a tratar muy bien. Además van a estar en mi casa y vos sos mi protegida-
-De acuerdo- Dije.
Hizo el llamado y escuche toda la conversación.
-Hola Alber. ¿Tenes algo que hacer mañana durante el día?- Te explico. Acá estoy con una nena muy especial de esas que te gustan a vos…si…una belleza y ya la estuve probando, es toda una putita. Te mando una foto…¡viste que linda?...de acuerdo, venite mañana a la mañana y va a ser toda para vos. A la tardecita se la tengo que devolver a la mama…si sabe…la madre es lesbi y tiene un marido al que también le gustan los femboys. Dale, venite y no te vas a arrepentir-
Corto la llamada y me dijo.
-Y ahora vamos a casa, que quiero seguir cogiéndote toda la noche- Manifestó y tomadas de la mano salimos del local.
Esa noche la ayude con la cena y después de comer fuimos de nuevo a la cama. Practique la chupada de pene y Alejandra me cogió durante un par de horas seguidas. Mi culito ardía de placer. Estaba impaciente por conocer al hermano.
A la mañana siguiente, después que desayunamos apareció el hermano. Era un chico muy bonito y me gustó en cuanto lo vi. Alejandra nos presentó
-Este es mi hermano Alberto y ella es…bueno todavía no tiene nombre pero la llamaremos putita. ¿Te gusta que te llamemos putita?- Me preguntó.
-Bueno- Dije
Luego volviéndose a su hermano, Alejandra continuo diciendo.
-La entrene muy bien. Le gusta todo y ya sabe que tiene que ser obediente-
Tras la presentación fui con Alberto al dormitorio. Fue una experiencia alucinante. El chico se sentó en un sillón y yo me arrodille frente a él para chuparle el pene. Dio gritos de placer. Estaba gozando y era yo quien lo hacía gozar así.
Después nos acostamos y nos besamos apasionadamente. Finalmente me cogió. Y lo hizo en varias poses para enseñarme. La primera fue la normal, acostado debajo de él, luego como una perrita, mas tarde piernas al hombro y por ultimo acabo en mi culito mientras yo lo cabalgaba.
Alejandra golpeó la puerta y Alberto le dijo que pase. Él y yo estábamos desnuditos acostados. Alejandra se rio.
-Parece que la pasaron bien- dijo y se metió en la cama con nosotros.
Esa tarde volvieron a cogerme los dos y lo que fue mas hermoso, al mismo tiempo. Mientras yo le chupaba el pene a Alberto, ella me penetraba con fuerza. Gocé como nunca antes en mi vida.
Alberto se tuvo que ir. Alejandra y yo nos quedamos un rato conversando.
-Bien, si lo deseas podes venir los fines de semana, cogemos las dos , lo invito a Albert o por ahí a algún otro amigo. Sos una verdadera putita. Vas a tener muchos hombres-
Y por la tardecita volví a casa. Entré y me recibió mi madre.
-Me contó Alejandra que la pasaste muy bien-
-Si mamá-
-Bien, ya le conté a tu padre lo que te gusta-
-¿Se enojó?-
-No tontita. Le encantó. Tengo que contarte algo. A tu padre siempre le gustaron los chicos afeminados como vos. Nos casamos para evitar habladurías. A mí me gusta las mujeres y así pudimos tener nuestras aventuras sin llamar la atención. Ahora el tema es que tu padre va a querer que te conviertas en su amante. Y será perfecto así no tiene que arriesgarse a buscar chicos por ahí teniendo uno en casa. Anda a verlo pero antes ponete algo lindo de mi lencería-
Hice lo que mi madre me pedía. Me puse un conjunto de corpiño y bombacha y un camisón rojo semitransparente. Entre en el dormitorio y allí estaba mi padre sentado en la cama.
-Hola, ¿Cómo estás?-
-Bien-
-¿Dispuesta a complacer a tu padre?-
-Si, papá-
Y así fue que se desnudó, nos acostamos y le chupe el pene, luego me cogió, dos veces. Mamá se quedó a dormir en mi cama y pase a ser la mujer de mi padre. Todos los días, después de la cena teníamos sexo. A mí me parecía excitante hacer eso con mi padre mas que con otros hombres que luego conocí.
Los fines de semana voy a lo de Alejandra. Me viste y me maquilla. Me disfruta ella y luego me comparte con algún hombre. A veces es el hermano, a veces algún amigo. En varias ocasiones tuve sexo con dos hombres. Es cierto, se vuelven locos por mí.
Esta es mi historia. Soy una nena muy especial. Afortunadamente sigo siendo lampiño y mi cabello largo se mantiene lacio y suave. Mi madre a veces aparece por la casa de Alejandra a visitarnos los fines de semana y se han encerrado en el dormitorio las dos solas mientras yo estoy con alguno de los amigos en el dormitorio de huéspedes.
Alejandra también me ha hecho hacerle el amor pero como lesbiana. Me hace que juegue con mi lengua en su vagina y tiene unos orgasmos fabulosos. Para ella definitivamente soy una nena.