Thursday, February 27, 2025

EL DISCURSO DE ANTON EGO EN RATATOUILLE

 

El trabajo del crítico es sencillo en más de un sentido. Arriesgamos muy poco, y sin embargo usufructuamos de una posición situada por encima de quienes someten su trabajo y su persona a nuestro juicio. Prosperamos gracias a nuestras críticas negativas, que resultan divertidas cuando se las escribe y cuando se las lee.

Pero la cruda verdad que los críticos debemos enfrentar es que, en términos generales, la producción de basura promedio es más valiosa que lo que nuestros artículos pretenden señalar. Sin embargo, a veces el crítico realmente arriesga algo, y eso sucede en nombre y en defensa de algo nuevo.

Anoche experimenté algo nuevo, una comida extraordinaria hecha por alguien único e inesperado. Decir que ese plato y su cocinero pusieron a prueba mis preconceptos equivaldría a incurrir en una subestimación grosera, cuando lo cierto es que ambos lograron conmover lo más profundo de mi ser.

Antes de este suceso, nunca escondí mi desdén por el lema del Chef Gusteau: “cualquiera puede cocinar”. Pero, me doy cuenta, recién ahora comprendo sus palabras. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar.

Es difícil imaginar un origen mas humilde que el genio que ahora cocina en el restaurante de Gusteau´s y quien, en opinión de este crítico, es nada menos que el mejor chef de Francia

 


DIVERSIDAD

 

La diversidad y las organizaciones que dicen defenderla. Un contrasentido invisible.

 

 

  

En estos tiempos la palabra diversidad se ha puesto de moda como otro cliché repetido hasta el hartazgo por aquellos que no alcanzan a comprender su exacto significado o que repiten consignas y lemas de organizaciones que dicen luchar por esa diversidad.

El contrasentido radica en que la verdadera diversidad es la última definición del individuo que piensa por si mismo. O sea el individuo personalísimo, independiente e irrepetible.

Y no es la unión de personas en lucha por cualquier motivo que sea, por que en nombre de sus ideologías y dogmas se unen en colectivos, organizaciones, iglesias, partidos políticos donde se les convence con un discurso abarcatorio y hasta contrario a la idea del individuo libre y diverso.

¿Por qué un gay debe pensar lo mismo que otros gays? ¿O siendo negro? ¿O siendo católico? ¿O musulmán ¿O indígena? ¿O mujer? ¿o Trans?

Las consignas de las organizaciones limitan la libertad de pensamiento, por lo tanto limitan el derecho a LA DIVERSIDAD.

Suceden dos fenómenos a partir de este pensamiento.

El primero es: No estoy seguro de lo que pienso o lo que haré con mi vida. En definitiva mejor no pienso y me agrego a un grupo donde me dicen que hacer y pensar.

El segundo es: Solo aquello individuos que viven su independencia y su verdadero carácter diverso e irrepetible son capaces de convertirse en personas que se respetan a si mismas y que son capaces de luchar por sus ideas.

Esos individuos, para bien o para mal, son los que hacen la diferencia. Los pueblos no hacen revoluciones. Los pueblos no piensan. Se cobijan bajo una nacionalidad o una ideología. Por mas que dentro de un pueblo haya razas o religiones, orientaciones sexuales o ideas diferentes, cada una de estas están comprendidas dentro de un gueto que les impone el pensamiento.

Y, peor aún, se les ha impuesto una bandera, un himno, una historia común. Allí no hay diversidad.

El único ser diverso es que no sigue ídolos, ni reglas, ni ideologías. Los demás es maquillaje para tener contentas y adormecidas a las mentes como el “soma” de “Un mundo feliz”